“You can’t run. You can’t escape. She’s got plans for you.”
Universal Pictures ha decidido que no se quedará sin su pieza del pastel en el mundo de las franquicias, universos y multiversos de las cintas de acción que tanto gustan al público y que inundan las salas de cine alrededor del mundo. Pero, ¿de qué manera podemos hacerlo? Preguntó un ejecutivo de la productora y alguien que pasaba por la sala respondió: hagan un ensamble con todos los monstruos que tienen registrados; y PUM, así nació el Dark Universe, o bueno al menos eso parece.
The Mummy fue la cinta elegida para abrir el nuevo universo que nadie pidió. El relato nos presenta a Nick (Tom Cruise) un soldado que en su tiempo libre recupera objetos históricos para venderlos en el mercado negro, en una de sus misiones por medio oriente encontrará una antigua tumba egipcia, que como dice su compañera/interés amoroso Jenny (Annabelle Wallis) parece más bien una prisión y así fue como liberaron a la antigua princesa Ahmanet (Sofia Boutella) quien descargará su mal contra todo aquel que intente detenerla y desafortunadamente nosotros estamos en su camino.
Con un aire desganado y sin saber muy bien qué rumbo seguir Alex Kurtzman dirige las velas de un barco que se hundió antes de lograr zarpar. La nueva versión de The Mummy no tiene claro el tipo de película que quiere ser, encontramos en cada secuencia elementos que no cuajan en absoluto y que le quitan toda la “emoción” a una cinta que esperaba al menos entretener al espectador.
El relato parece no haber sido concebido con uniformidad y al ver todos los nombres que estuvieron involucrados en el desarrollo de la historia y el guión se comprende el por qué. Es evidente que las seis plumas implicadas en la creación del filme tenían una visión muy distinta de lo que querían realizar, en ningún momento se ve un trabajo en equipo, al enfrentarnos a la narrativa descubrimos que es como leer un trabajo de grupos de preparatoria en el que una persona hizo la introducción, otra el desarrollo y así sucesivamente para entregar un producto final parchado, sin cohesión ni armonía o coherencia.
La parte visual tampoco logró su cometido, Kurtzman elimina cualquier tipo de diversión, no hay alteración alguna todo lo que vemos es esperado; los efectos especiales dejan mucho que desear y la nueva imagen que le dan a la momia produce más risa que inquietud. El director logra una de las pocas cosas que uno creería son imposibles en el mundo del cine, eliminó toda la acción de una película de Tom Cruise ¡Por Dios es Tom Cruise y no está corriendo! Hay que reconocer que al inicio de la película al menos ese aspecto lucía prometedor con una secuencia muy bien elaborada a bordo de un avión y sin gravedad.
Los personajes son planos y parecen un pastiche de un sinfín de cintas sin lograr definir qué es lo que buscan. El Nick de Cruise no logra mantener nuestra atención, es aburrido y predecible, de igual forma el actor tampoco pone empeño en hacerlo diferente, Tom Cruise trae lo peor de su pasado a su nuevo y restirado futuro. Sofia Boutella no convence con su intento de momia renovada, al igual que nuestra querida Enchantress en Suicide Squad, la villana carece de fondo y forma.
El as bajo la manga que tenía el Dark Universe era la inclusión de Russell Crowe en el papel del Dr. Henry Jekyll quien tiene un rol en el puro estilo de Nick Fury en este proyecto de Universal, pero Crowe no puede hacer mucho con su personaje y lo poco que entrega tampoco es atinado.
The Mummy es un tormentoso inicio para una franquicia que simplemente busca existir para no quedarse fuera de la jugada, si el estudio no toma buenas decisiones y no elige mejor el rumbo que su universo tomará su inversión estará destinada al fracaso . The Mummy, al igual que Ahmanet, es un proyecto que fue enterrado vivo, pero éste no tiene muchas esperanzas de resurgir de entre los escombros.