“- How does the story begin?
-With a boy too old to be a kid, too young to be a man.”
Nadie nos advirtió nunca que la vida sería una serie de eventos desafortunados y que durante gran parte de nuestro paso por la Tierra nos enfrentaríamos a situaciones y eventos dolorosos que no podemos evitar. A pesar de las complicaciones que supone nuestra existencia siempre podremos encontrar momentos de felicidad en la obscuridad y son aquellos los que nos permiten y animan a seguir nuestro camino.
A Monster Calls nos lleva a conocer a Conor (Lewis MacDougall) que debe lidiar con la enfermedad terminal de su madre (Felicity Jones), un padre ausente (Toby Kebbell) y dificultades con sus compañeros de clase, todos sienten lástima por él, no saben cómo acercársele, sus acciones no trascienden, es como si fuera invisible, además de todo (por si no fuera suficiente) Conor se encuentra en la incómoda etapa de la vida en la que es muy grande para ser niño y muy pequeño para ser adulto.
¿Cómo puede sobrellevar sus problemas el protagonista? No puede, o mejor dicho no puede hacerlo sólo, razón por la cual se ve forzado a invocar un monstruo (Liam Neeson) que le ayude. La criatura que aparece en la ventana de Conor es un antiguo e imponente árbol que podría destrozar la casa del joven con solo mover su brazo, sus ojos son de un rojo implacable, pero su voz transmite un sentimiento de paz que no se puede describir. El monstruo sabe las razones por las que fue llamado y le ofrece a Conor un trato, el vendrá tres noches a contarle una historia, pero en su cuarta visita será el turno del pequeño.
Juan Antonio Bayona se ha caracterizado por entregar películas deslumbrantes y emocionales, el director sabe cómo trabajar con materiales densos que amenazan con romper a más de uno. En A Monster Calls Bayona entrega un relato lleno de fantasía con toques obscuros en el que las líneas de la realidad se conjugan con la imaginación y los sueños y es a través de este nuevo híbrido que se desarrolla la historia de pérdida y de cómo la sobrellevamos.
La narrativa lidia directamente con todas las dificultades que conlleva el dejar ir a un ser querido de una manera avasalladora, todos sabemos a dónde se dirige el vehículo en el que nos encontramos, pero tal vez nos negamos a aceptarlo, tal vez también queremos ser invisibles para que nada de eso nos pueda afectar.
Eugenio Caballero es el encargado de realizar el diseño de producción de la película y vaya que hace un excelente trabajo. A Monster Calls es visualmente impactante y deslumbrante, deja maravillada la vista con cada cuadro que vemos en pantalla. De igual forma los efectos empleados para dar vida al monstruo sobresalen por las texturas que se logran apreciar y el cuidad que se le dio a cada movimiento que la gigantesca criatura hace. Las historias que el monstruo le cuenta a Conor se nos muestran con una bella técnica de acuarelas, las figuras se mueven con delicadeza mientras Neeson habla en un hermoso espectáculo de colores.
Bayona dirige con maestría a sus actores y exprime cada sentimiento al máximo para que cuando el ansiado clímax llegue todos estemos preparados para experimentar el poderío emocional que se comenzó a construir desde el minuto uno.
Felicity Jones y Sigourney Weaver ofrecen personajes fuertes que sirven como apoyo a la historia y la voz de Liam Neeson fue la elección perfecta para dar vida al monstruo, pero quien lleva todo el peso de la cinta en sus hombros es Lewis MacDougall, el joven actor se adueña de la pantalla, contiene la devastación de su personaje y se apropia de sus silencios, cuando el momento climático llega su actuación se desborda de emociones en una explosión espectacular que deja sin palabras.
A Monster Calls explora en nuestros adentros y nos obliga a confrontar nuestros más profundos miedos para poder seguir adelante. Parece que desde un principio Bayona intentará darnos la fórmula secreta para poder vivir con la pérdida de los que amamos, pero no es así, el final no es uno feliz, como tampoco lo es en la vida, pero si es uno esperanzador; tal vez nunca sepamos cómo sobrellevar un suceso como el que vemos en pantalla y tal vez es porque no es posible hacerlo, solamente es necesario aprender a vivir con él día a día. A Monster Calls es un ejercicio que nos enfrenta a lo que no queremos ver, uno que nos rompe en mil pedazos.