“He’s a good person. He wanted me before I was smart.”
Los recuerdos que muchas veces atesoramos más son aquellos que son producidos en la infancia, es en esta etapa en la que obtenemos las bases de nuestra formación y en la que la inocencia e ingenuidad (en el más puro y gentil de los sentidos) nos hacen actuar de manera desinteresada; las demostraciones de afecto que brinda un niño se encuentran llenas de honestidad y nobleza y en su mirada y sonrisa podemos encontrar un mundo totalmente nuevo.
Mary (Mckenna Grace) es una pequeña niña prodigio que vive con su tío Frank (Chris Evans) tras la muerte de su madre, quien también era un genio. Mary no ha recibido ningún tipo de educación especial ya que su guardián considera que es mejor que la pequeña viva una infancia normal en lugar de potencializar sus habilidades cognitivas con clases especiales, su estilo de vida se verá amenazado cuando Evelyn (Lindsay Duncan), la abuela y madre respectivamente de los protagonistas, llegue de improvisto y quiera brindar la misma formación que le dio a su hija a su nieta, a quien apenas va conociendo.
Marc Webb vuelve a dirigir una cinta un tanto más humana, tras estar tras la cámara de las cintas de The Amazing Spider-Man, vuelve a la escena “indie” con Gifted y nos demuestra que aún tiene un par de trucos bajo la manga. Su cinta recurre a un sinfín de números de clichés, pero la mayoría funciona, nos vende el sentimentalismo con una historia al más puro Good Will Hunting style, pero en su versión kindergarten.
Mary será puesta en una posición incómoda cuando su abuela intente ofrecerle un futuro lleno de posibilidades que jamás había siquiera vislumbrado contra vivir una vida normal, pero con la posibilidad de tener una infancia como la de todos los niños a lado de su tío. Sin duda son demasiados conflictos, incluso para una niña prodigio y a través de las acciones del personaje podemos observar las carencias y virtudes con las que ha crecido debido a su formación.
Webb formará un triángulo en su drama familiar que culminará con una batalla legal entre madre e hijo para determinar el futuro de Mary y en el proceso se expondrán las terribles verdades que se ocultaron durante años, mismas que afectarán a los implicados a nivel personal, es por algo que la ropa sucia se lava en casa.
El filme confía en su talento histriónico y éste no le queda mal. Chris Evans se quita el escudo y ofrece una interpretación convincente y enternecedora haciéndonos desear que tomé más de estos proyectos que le permiten mostrar un poco más el basto talento que tiene. Por su parte Mckenna Grace se lleva las sonrisas, pues su actuación nos conquista desde el principio, ambos actores logran crear una dinámica fabulosa y adorable.
La película encuentra sus principales debilidades en las múltiples líneas argumentales que continúan brotando cada veinte minutos y que no tienen una conexión directa con la historia central o simplemente quedan volando en un limbo. De igual forma Gifted desaprovecha uno de sus principales regalos a lo grande, Octavia Spencer compite por ser una de las actrices más desaprovechadas del año con su breve participación.
Gifted termina ganando por la emoción, tiene escenas que se encuentran diseñadas para atacar directamente al corazón del espectador, pero las combina con una poderosa historia que forman una verdadera bomba. Nos muestra la complejidad de la infancia a manera de ecuación en la que tenemos que tener cuidado de colocar los signos correctos en el lugar debido para poder resolverla de la manera correcta.