“Live each day like it could be your last. Drink it in. Be adventurous, be bold, but savour it. It goes fast.”
Todos los seres humanos somos el resultado de las interacciones que tenemos, aprendemos de lo que nos rodea y eso es precisamente lo que nos hace actuar y pensar como lo hacemos el día de hoy. Nunca seremos los mismos que fuimos ayer pues todos los días aprendemos algo nuevo que genera cambios en nosotros, tal vez imperceptibles por momentos, pero cambios al fin y al cabo. Nuestras ideas y nuestra esencia es lo único que dejaremos cuando seamos solamente memorias y debemos encontrar la forma de hacerles justicia.
Captain Fantastic nos sumerge en el fascinante mundo de Ben (Viggo Mortensen), un hombre que ha abandonado la civilización y sus capitalistas costumbres para vivir solamente con lo esencial en el bosque. Ha decidido seguir sus creencias y vivirlas al pie de la letra junto con su familia, su hogar es un lugar utópico, de una belleza natural maravillosa en el que sus 6 hijos se han convertido en atletas de alto rendimiento que hacen complejas lecturas sobre temas científicos hasta Lolita y celebran el cumpleaños de Noam Chomsky en lugar de Navidad; su padre responde todas sus dudas y preguntas con la verdad, razones por las cuales vemos a niños de 8 años hablar sobre fascismo y hacer efectivas sinopsis de la constitución de los Estados Unidos.
Matt Ross comienza su historia con un ritual de iniciación de la tribu, Bo (George MacKay), el mayor de la descendencia de Ben, se mueve con cautela para atrapar a un venado por su cuenta, una vez que el cazador ha atrapado a su presa el mundo cambia para él, ha dejado de ser un niño para convertirse en un hombre. Con una sencilla secuencia Ross logra adentrarnos en el mundo fantástico que se expande ante nosotros. Posteriormente sabremos que la esposa de Ben no se encuentra viviendo con ellos pues está en el hospital y a los poco minutos sabremos que ha fallecido. La familia deberá emprender la misión de asistir a un funeral en el que no son queridos para despedirse y celebrar la vida de la matriarca del grupo.
Captain Fantastic se llena de una comedia sutil en sus mejores momentos y mantiene a sus personajes fieles a sus creencias de principio a fin. El guión de Ross es sólido y entretenido, nos permite comprender un mundo que nos es ajeno, pues realmente todos podríamos ubicarnos con facilidad del lado contrario a la ideología de Ben en uno o varios puntos. Nos logra fascinar con una historia natural que no hace más que celebrar la vida y el camino que hemos recorrido, no se toman concesiones y se muestra lo bonito y lo feo, las decepciones y las dudas sobre si el camino que seguimos es realmente correcto, enseña el poder de las decisiones y la fuerza que se necesita para vivir con ellas.
El mayor encanto de la cinta es sin duda Viggo Mortensen, el actor encarna con naturalidad el papel de patriarca, creemos su actitud como creemos en sus palabras, el actor vibra con los matices que supone su personaje (matices múltiples propios del ser humano), baila delicadamente entre el ego, el orgullo, el amor, la satisfacción y la tristeza, es un verdadero Capitán Fantástico al que no podemos dejar de ver en pantalla. Si bien Mortensen lleva la batuta en la cinta y su actuación es la más sorprendente, la cinta no se podría mantener sin el gran cast de actores secundarios. George MacKay enternece por su inteligente ingenuidad, mientras que Charlie Shotwell y Shree Crooks, los más pequeños, aprovechan cada momento que tienen a cuadro para robar escena.
Stéphane Fontaine capta con su cámara la belleza del lugar de residencia de la familia y al mismo tiempo retrata con cierta imponente e impecable decadencia los escenarios citadinos que tanto detesta el protagonista. Los movimientos que realiza son eficaces pues logra capturar a cuadro a la familia que se mueve con un dinamismo sorprendente por todos lados cuando comparten cuadro, Fontaine no pierde vista de cada acción de los personajes y se asegura que nosotros tampoco lo hagamos.
El soundtrack seleccionado es tan especial y único como la película, ya sea con canciones interpretadas por el cantante original o bien con sensacionales covers realizados por el cast. Ya cerca del final de la cinta Ben canta con sus hijos Sweet Child O’ Mine (parte de nuestro Top 10: Secuencias musicales 2016) en una verdadera celebración de vida que eriza la piel y cristaliza los ojos.
Ross le es fiel a su protagonista como el último le es fiel a sus principios. Nos muestra la evolución de los personajes gracias a su adaptación al nuevo contexto, los hijos de Ben son unos genios, pero desafortunadamente no tenían ninguna experiencia en el mundo real que les permitiera siquiera mantener una conversación normal con alguien de su edad, la burbuja que los protegía de las maldades del mundo fue al final la más inclemente, estaban preparados para sobrevivir a la intemperie y conocían como funcionaba el mundo, pero jamás tuvieron la oportunidad de vivirlo.
Captain Fantastic nos muestra la postura más idealista de la vida, es la forma en que aprendemos a vivir y disfrutamos en cada momento, enamora por su belleza y naturalidad, conquista por lo orgánico de sus personajes y la forma en que abrazan sus ideales. Son las enseñanzas de un padre para sus hijos, es la sonrisa genuina y agradecida que tenemos al decir verdaderamente adiós, es la formación que nos da las bases para seguir nuestro propio camino sin perder nuestra esencia…es un viaje fantástico.
Power to the people!..Stick it to the man!