«The most important thing is not the victory but the struggle.«
Estamos en la euforia que llega cada 4 años, el mayor evento deportivo del mundo: las olimpiadas. Una gran cantidad de deportistas se dan cita en un evento que pondrá a prueba las capacidades físicas del ser humano con la intención de coronarse como los mejores en su disciplina.
Las olimpiadas son también uno de los escenarios en los que la alegría y el triunfo y la tristeza y la derrota se mezclan. Las emociones más puras emanan de los atletas mientras se acercan a los últimos segundos de la competencia que los puede convertir en leyendas. Es difícil creer que el deporte no sea tan explotado en el cine, siendo éste un suceso que levanta tantas pasiones, las cintas que logran reflejar ese sentimiento logran permanecer, al igual que esos deportistas, en nuestra memoria. Con motivo de disfrutar la gran fiesta que nos ofrecen las olimpiadas te presentamos 10 cintas que celebran al deporte y a quienes lo hacen posible.
La cinta de dos hermanos que compiten en el mismo campeonato de artes marciales es un drama familiar tan violento como las peleas que se escenifican en pantalla. Las actuaciones son el eje que nos mantiene atentos al desarrollo de las actividades de la película, siendo Tom Hardy el verdadero espectáculo de Warrior. Las secuencias de las peleas son geniales, coreografiadas con precisión para dar un verdadero gancho a los ojos del espectador.
Bennett Miller se llevó en 2014 el premio a mejor director del Festival de Cine de Cannes por esta cinta. Foxcatcher aborda la historia del medallista olímpico Mark Shultz, quien acepta la propuesta del excéntrico John du Pont para levantar un campo de entrenamiento de lucha grecorromana para los Juegos Olímpicos de Seúl de 1988. Miller construye la historia de los sucesos que rodearon al luchador, su hermano y el millonario a manera de biopic y no duda en dejar fuera ninguno de los obscuros eventos que sucedieron en la relación.
Denzel Washington protagoniza un drama deportivo ambientado en los años 70s, época en la que Estados Unidos intentaba acabar con la segregación racial y obligaba a las escuelas a tener equipos que fomentaran la inclusión. Las medidas no hacen feliz a la comunidad ni a los jugadores, pero deberán afrontar la nueva situación si quieren seguir jugando. El equipo de fútbol americano, los “Titanes” serán liderados por un coach afroamericano y la cinta seguirá de cerca los pasos de los miembros del grupo. El deporte y la pasión con la que juegan los implicados serán fundamentales para superar el problema de racismo en el equipo de americano. Después de todo Ain´t no mountain high enough.
“Si lo construyes él vendrá” son las palabras que hacen que un granjero construya un diamante de baseball en sus campos de maíz y en efecto alguien viene a jugar ahí. El drama de fantasía protagonizado por Kevin Costner tiene todos los elementos cliché que existen en el mundo del sentimentalismo, pero la ejecución de Field of dreams es tan buena que ha logrado permanecer como un clásico instantáneo en la memoria fílmica de los espectadores.
¿Quién dijo que en el deporte no hay diversión? Dodgeball junta a un grupo de underdogs, nada atléticos, dispuestos a defender su gimnasio (en el cual encuentran seguridad ante la opinión sobre su falta de habilidades físicas, un gym para todos) en un torneo de quemados contra la crema y nata del juego. Habrá golpes, lesiones y sangre pero sobre todo pasión y risas a lo largo de la película.
Los charolastras vuelven a estar juntos en la pantalla para una cinta que muestra la corrupción que rodea al deporte más querido de México, el fútbol soccer. La historia del comienzo y decadencia de la fama de dos hermanos que se vuelven figuras del deporte y del espectáculo es un retrato de la forma en que se maneja el negocio detrás de la pelota.
Basada en la historia real del entrenador de los Atléticos de Oakland, Billy Beane y su enigmático método para seleccionar jugadores de baseball utilizando las estadísticas. Moneyball supone un verdadero logro que nos acerca al mundo deportivo desde un ángulo diferente del que práctica o entrena, la forma en que Miller nos adentra en la cabeza de Beane y nos explica las reglas del juego hace que todo parezca sencillo cuando en realidad no lo es tanto.
La voluntad y el trabajo duro rinden frutos. La perseverancia para alcanzar los objetivos personales es lo que hace que una persona los pueda lograr. La historia de Eddie Edwards y su determinación para asistir a los juegos olímpicos es una historia inspiradora que muestra que los fracasos son necesarios para seguir adelante y que muchas veces las mismas derrotas son triunfos por sí mismos. Eddie the Eagle es una cinta que abusa de todo el sentimentalismo posible, pero de una manera que no empalaga sino que trasciende gracias al espíritu con el que es contada.
The Fighter cuenta la historia de los años de acenso del boxeador irlandés Micky Ward, su tormentosa vida familiar y los entrenamientos con su hermano que lo llevaron a la cima en los años 80s. David O. Russell es uno de los cineastas estadounidenses más interesantes de los últimos años, su manejo de actores es único y los resultados son abrumadores. The Fighter brilla por la elocuencia del guión con su perfecta conjugación histriónica, resaltando el trabajo de Christian Bale y Amy Adams.
Pocas películas logran contagiar un sentimiento de desesperanza por una persona. El regreso triunfal de Mickey Rourke a la pantalla grande es espectacular y desgarrador. The Wrestler cuenta la historia de Randy “The Ram” Robinson una leyenda de las luchas que ahora debe limitarse a pequeños escenarios pues su edad y condición física (tras quedar dañado por los golpes en sus días de gloria) lo han obligado a retirarse, sin embargo la vida fuera del cuadrilátero también le ha cobrado factura. Las consecuencias de dedicarse a un deporte de lleno y no encontrarse fuera del mismo serán constantes en una cinta que no se tentará el corazón para mostrar la existencia de su protagonista. Darren Aronofsky nos muestra lo malo pero también es capaz de capturar la más pura pasión de una persona al hacer lo que le gusta a pesar de todo.