“That’s what you get when you marry a gangster.”
Cada año llega nuestra tradicional cinta de Woody Allen y la pregunta siempre es la misma ¿Es un buen Allen o un mal Allen? En mi opinión hasta los malos Allens suelen ser bastante entretenidos y mejores que muchas cosas con las que comparten cartelera. Pero déjenme decirles queWonder Wheel es un maravilloso Allen.
Wonder Wheel nos transporta a los años 50s, estamos en una atiborrada Coney Island, la diversión y la alegría abundan en el aire y Mickey (Justin Timberlake), el joven y seductor salvavidas, esta por contarnos la historia del hombre que maneja el carrusel su esposa Ginny (Kate Winslet); en ella descubriremos que no todo es dicha y felicidad en el maravilloso lugar que nos rodea.
Las historias del director neoyorkino suelen estar plagadas de nostalgia y melancolía y su nueva cinta no es la excepción, pero tal vez aquí la devastación es mayor que en sus trabajos anteriores, los personajes están rotos y su tristeza se contrapone con tremendos y hermosos escenarios que hacen lucir todavía más su decadencia.
Ginny es una mujer melodramática por excelencia que se ha estancado en una vida que, sin duda, no se parece en nada a lo que esperaba. Su marido parece no compartir muchas cosas en común con ella, su trabajo como mesera se aleja de sus expectativas como actriz y su pequeño hijo pirómano y cinéfilo no le hacen los días más sencillos, Ginny busca una alegría singular y la encuentra en Mickey con quien comienza un amorío, al mismo tiempo la hija mayor de su esposo, Carolina (Juno Temple), una atractiva joven llega con nuevos problemas a la isla.
A lo largo de Wonder Wheel presenciaremos justo lo que nos promete el título de la cinta, un viaje en la rueda de la fortuna, una rueda que se asemeja mucho a la vida, hay momentos en los que estarás en la cima, pero la bajada es inevitable. Vamos sentados junto a Ginny, cuyo viaje no puede ser más agridulce, los pequeños ratos en los que se encuentra en la cima son rápidamente eclipsados por una súbita caída.
El filme cuenta con un trabajo de cinefotografía impecable, la iluminación y la paleta de color nos transporta a otro tiempo, uno en el que es fácil perderse en el intenso azul de los ojos de Timberlake. Los fotogramas son deslumbrantes e irradian una belleza peculiar, una en la que por más hermoso que luzca el panorama no podemos más que respirar tristeza.
Una vez más el guión elaborado por Allen nos regala a personajes femeninos fuertes y singulares, son las mujeres el centro de la historia y las encargadas de brillar en ella, en esta ocasión el director descuida un poco al ensamble masculino, sin embargo, la inclusión de personajes como el hijo de Ginny son simplemente una joya.
La verdadera estrella de Wonder Wheel es Kate Winslet, es por todos conocido el amplio talento de la actriz y hace uso de cada gramo de él en esta cinta. Es difícil decir si es o no su mejor trabajo, pero sin duda se encuentra entre los más intensos y espectaculares que nos ha regalado.
La melancolía y el recuerdo se unen dejando una nostalgia eterna y una añoranza por lo que un día fue, Wonder Wheel nos recuerda los momentos más felices de nuestras vidas, pero también los más bajos y lo hace parecer tan sencillo, pero no por eso menos desgarrador, es el eterno girar de una rueda de la fortuna en la que vamos montados hasta que termine el viaje.