“I feel profoundly blessed. I feel it’s a great privilege to make any motion picture.”
Con más de 20 años de carrera y 8 largometrajes realizados David O. Russell se ha consolidado como uno de los directores estadounidenses más interesantes de los últimos tiempos. Su estilo único de abordar historias centradas en personajes problemáticos ha sido una constante que se ha perfeccionado con cada filme que realiza.
O. Russell se especializa en la comedia negra pasando por la tragicomedia y el srewball comedy, cada una de sus películas cuenta con personajes memorables. La carrera del director puede ser fácilmente dividida en dos: la primera parte, una mucho más psicológica, inclusive filosófica por momentos, y la segunda contempla comedias más redondas, construidas con una estructura mucho más convencional y con las que ha conseguido obtener un rotundo éxito en los últimos años.
El trabajo del director se ha caracterizado por su gran dirección de actores en historias donde los personajes son el centro de atención, es decir las situaciones que viven son secundarias pues derivan directamente de la construcción de los individuos. La intensidad del trabajo de O. Russell lo ha llevado a tener disputas con varios actores en el set pero su misma pasión ha conseguido que muchos de los histriones que han trabajado con él hayan conseguido obtener los máximos galardones bajo su dirección
En sus filmes reina el caos y las personalidades extremas, el drama familiar siempre se encontrará en el centro y servirá como base para desarrollar las más intensas historias. A continuación presentamos un ranking de las cintas del director (dejando fuera Accidental Love, película que el director no concluyó debido a problemas con la productora):
La ópera prima de David O. Russell le valió el premio de la audiencia en el festival de Sundance y el Independent Spirit Award a la mejor primera película. La cinta cuenta la historia de Raymond Aibelli, un estudiante promesa de medicina que deberá cuidar a su madre en lugar de iniciar una residencia. O. Russell establecía el tono de lo que veríamos desde el título, una comedia que en papel suena irreverente y digna de censura pero que en pantalla funciona con ritmo, la película sienta las bases de todo el trabajo que hemos visto del director, sus técnicas están ahí, su poderosa narrativa también se encuentra presente en la comedia que explora el complejo de Edipo de una manera única.
Uno de los trabajos menos convencionales de O. Russell cuenta la historia de una pareja de detectives que ayudan a sus clientes a resolver sus problemas existenciales. La premisa nos lleva a conocer la vida del protagonista junto a las extrañas coincidencias que suceden a su alrededor mientras los personajes nos comparten perspectivas propias sobre la naturaleza del universo. Con reparto estelar y una narración poco convencional la cinta demanda la atención completa del espectador para poder comprender en totalidad todo lo que sucede en la pantalla.
Mel (Ben Stiller) emprende un viaje junto a su esposa (Patricia Arquette) y su hijo de cinco meses para descubrir quién es. La respuesta solamente la obtendrá cuando encuentre a sus padres biológicos. Stiller y Arquette hacen un trabajo sensacional en la cinta que poco a poco construye momentos de tensión mientras la relación de la pareja se pone a prueba al ver que el primero no logra determinar quién es ni su lugar en el mundo.
La tercera colaboración de David O.Russell con su más reciente musa Jennifer Lawrence nos lleva a conocer la historia de Joy Mangano creadora de una de las dinastías empresariales más importantes de Estados Unidos. La película por momentos se encuentra sobrecargada de emociones y personajes, pero ese es un factor que ayuda a comprender el caos familiar que rodea a la protagonista. Una vez más la interacción entre los padres con los hijos es fundamental para el desarrollo del personaje central del filme. Las actuaciones y los momentos que O. Russell logra con Joy son sin duda unos de los mejores en su carrera.
Después de la guerra del Golfo un grupo de soldados descubre un mapa con la ubicación de una bóveda que esconde todo el oro robado de Kuwait. La cinta es uno de los trabajos más divertidos del director, una cinta totalmente anti-guerra que juega con la conciencia del actuar de sus personajes, a medida que el tiempo transcurre las decisiones que cada uno de los 4 soldados protagonistas tome serán trascendentales en su vida por todas las implicaciones que conllevan en su psique e inclusive en su lado espiritual y humanitario. Three Kings se encuentra decidida a mostrar lo peor o lo mejor de los seres humanos.
Tras 6 años de ausencia y con un estilo totalmente diferente a su cinta de 2004 David O. Russell vuelve a colocarse detrás de las cámaras para entregarnos una de las mejores cintas deportivas de los últimos años. La historia de los primeros años del boxeador Micky Ward le sirve al director para conocer a algunos de sus nuevos actores de cabecera y ser detectado por los radares de la academia. La forma de filmar y de acercarse a sus personajes encuentra un punto de equilibrio que le permite consolidar su estilo de una manera magistral.
Quizás el trabajo más arriesgado de O. Russell en toda su carrera sea la cinta de enredos y escándalos que supone American Hustle. Sin duda uno de los repartos más impactantes de los últimos años se dio cita para repetir su trabajo con el director y el resultado no pudo ser mejor logrado. La producción de la película es impresionante, cada detalle, cada abrigo, cada vestido lucen de una manera espectacular gracias al las tomas que David O. Russell nos regala, ya sea con sus maravillosos travellings o con planos contraplanos el director deslumbra por la impecabilidad de su técnica. La secuencia en la que Amy Adams y Jennifer Lawrence se enfrentan en el baño es tremenda y el juego de espejos que David hace nos permite apreciar cada reacción de las actrices a la perfección.
La película representa sin duda el mejor trabajo de dirección de actores que O. Russell ha logrado a lo largo de su carrera y eso se conjuga con su poderoso guión y con un conjugación sonora impecable. Hay que resaltar que la secuencia inicial, donde Christian Bale se peina por cinco minutos merecía, por si sola, el premio de la academia a mejor trabajo de peinado ¡y todo ocurre en nuestras narices!
La adaptación de la novela homónima de Matthew Quick podía haber sido un trabajo poco interesante, pero agregarle la dirección de David O. Russell lo hace algo digno de prestar toda la atención. El corazón del filme se encuentra sin duda en sus personajes y quien mejor para contar una historia así que O. Russell. Un cast simplemente perfecto bajo una dirección tan sublime solamente podían dar como resultado una de las películas más honestas de la última década.
Lejos de intentar ser una película sobre trastornos mentales, se trata de una cinta que habla sobre la empatía del ser humano, un sentimiento tan básico que es capaz de dialogar con cualquier tipo de espectador. Inicialmente la cinta fue concebida por el director para hacerle saber a su hijo, quien tiene un padecimiento similar al del protagonista, que no se encontraba sólo y para que los demás pudiéramos comprender mejor la forma en la que vive, es decir empatizar.
Las actuaciones de Bradley Cooper y Jennifer Lawrence son sin duda de lo mejor que ambos actores han realizado en sus carreras y la química que forman en pantalla es única, pero la conexión que no vemos, pero se encuentra presente a cada cuadro, de los protagonistas con el director es más grande y trasciende para lograr los magníficos resultados que vemos en pantalla.