“We don’t quit… quit is for dads.”
En 2011 Bridesmaids se convirtió en un referente para la comedia, dejó las puertas abiertas para que las mujeres pudieran tomar la batuta en todo tipo de comedias y con cualquier clase de bromas. A partir de ese momento hemos visto una gran cantidad de ensambles femeninos dispuestos a hacernos llorar de la risa, el género yo no es importante al momento de reír.
Jon Lucas y Scott Moore, el equipo detrás de The Hangover, vuelven a unir fuerzas para hacerle justicia a la madre contemporánea con Bad Moms (El Club de las Madres Rebeldes). La cinta cuenta la historia de Amy (Mila Kunis) una madre joven de dos pequeños que tiene un horario saturado y un marido poco útil , Amy realiza tarea tras tarea sin quejarse pero como era de esperarse toda la fachada de vida perfecta que había construido se vendrá abajo con sucesos no planeados en su vida.
Tras renunciar a ser la madre del año y formar parte del grupo de las madres plásticas, encabezado por Gwendolyn (Christina Applegate), Amy se hará amiga de Carla (Kathryn Hahn) una madre soltera que parece vivir en una fiesta interminable y de Kiki (Kristen Bell) una mujer abnegada, dedicada por completo a sus múltiples hijos y a su esposo. El nuevo trío renunciará a las buenas costumbres maternales para relajarse y divertirse en grande.
Con chistes efectivos y diálogos hilarantes Bad Moms nos entretiene desde los primeros cinco minutos de la película y de ahí solamente vendrá carcajada tras carcajada mientras las protagonistas intentan descifrar el significado de ser una buena madre en el mundo millenial.
Mila Kunis es la encargada de convertirse en la protagonista, rol en el que no la hemos visto muchas veces, pero gracias a su amplío rango interpretativo logra entregar un muy buen papel. Es capaz de ser la chica sexy, la mujer devastada y la madre que se encuentra dispuesta a hacer cualquier cosa por sus hijos sin perder el toque cómico o nuestro interés en ella, su personaje sigue siendo creíble en cada faceta que atraviesa.
La encargada de robarse el show es Kathryn Hahn, es sin duda su experiencia en el género lo que le permite hacer cada entrada y decir cada línea con un estilo único y en un tiempo perfecto para lograr sacarle no risas, sino carcajadas a las personas que se encuentran viéndola en pantalla. Kristen Bell no se queda atrás de sus compañeras pues ha encontrado en la comedia una gran fortaleza, la actriz imprime un toque refrescante a su personaje, que siendo uno de los más clichés, logra estar a la par de sus compañeras.
El giro complicado que Lucas y Moore le dan a la cinta es el de mezclar comedia con un tema sensible como lo es la maternidad. A lo largo del camino Bad Moms dejará en claro que a medida que el tiempo avanza la labor de ser madre se vuelve más compleja, en algún punto Amy dice que cuando cree haber entendido a sus hijos ellos han cambiado y debe comenzar desde cero y es ese constante cambio el que convierte la tarea de las madres en una labor titánica que nunca termina.
La cinta no pretende enaltecer ni santificar a las mamás o a la mujer, a pesar de que los personajes masculinos sean meramente incidentales y muchas veces solamente se aparezcan para generar risas, simplemente muestra la lucha constante que deben hacer los padres para continuar con su vida después de haber tenido hijos y cómo éstos se convierten en el centro de su universo sean de la manera que sean.
Bad Moms no se coronará en el tiempo como lo hizo Bridesmaids, pero eso no quita que sea divertida y que nos recuerde lo mucho un hijo quiere a su madre o lo mucho que ellas quieren a sus hijos.