“You’re an interesting man, Mr. Scamander. Just like your suitcase, I think there’s more to you than meets the eye.”
Parece que fue ayer cuando vimos por última vez el mundo mágico en el que vivimos por una década con el mago más famoso del mundo. Como era de esperarse el estudio que le dio vida a Harry Potter buscaría la opción de continuar el éxito (y ganancias) obtenidas con la franquicia a través de la expansión del universo que J.K. Rowling y Fantastic Beasts and Where to Find Them supone dicha adición.
La historia sucede mucho antes de que El Elegido hubiera nacido, son los años veintes y ahora no estamos en Inglaterra sino en Estados Unidos. Un misterioso ente ha aparecido y provocado destrozos en el mundo muggle (no-maj en territorios gringos). Al mismo tiempo Newt Scamander (Eddie Redmayne), un mago británico, ha arribado a la ciudad de Nueva York con su peculiar maleta repleta de criaturas mágicas, mismas que se encuentran prohibidas en territorio estadounidense.
Una serie de eventos (des)afortunados llevarán al mago a conocer a Jacob Kowalkski (Dan Fogler) un humano inocente con el sueño de emprender su propia panadería. Posteriormente ambos se toparán con Porpentina Goldstein (Katherine Waterston) una especie de agente/auror y su hermana Queenie (Alison Sudol) de quien realmente no sabemos mucho. Ellos serán nuestros héroes a lo largo de nuestro camino de regreso al lugar donde se agitan varitas sin cesar.
David Yates es el encargado de revivir un mundo (que realmente nunca nos abandonó) y su elección parece por demás evidente. Él fue el responsable de dar cierre a la saga de Harry Potter y consolidar el trabajo de sus colegas anteriores y sobra decir que su labor cumplió con creces las expectativas. J. K. Rowling asume el papel de guionista y nadie podría oponerse a que la creadora de la magia tuviera ese lugar.
Durante la primera parte de Fantastic Beasts daremos un recorrido por los encantamientos y hechizos que ya conocíamos y que solamente evocan un grato recuerdo de las aventuras de Harry, Ron y Hermione. De igual forma conoceremos el sistema del Ministerio de Magia de Estados Unidos, mismo que es muy distinto al de Inglaterra. El recorrido se hace con gracia, hay muchos elementos en juego que se van añadiendo conforme pasan los minutos provocando enredos, pero el factor nostalgia ayuda por completo a aliviar los pasos.
Los miembros del Ministerio de Magia son solamente un elemento más en el caladero, su presencia no causa revuelo, la misma presidenta de la institución carece de fortaleza y nos olvidamos de su presencia por completo. No solamente veremos el lado mágico que supone la nueva adición al universo Potter, también veremos a un grupo de No-Maj que se encuentran en la cacería de brujas permanente. Se trata de personas de apariencia bastante perturbadora con diálogos un tanto más bizarros, sin duda resalta la presencia de Ezra Miller, quien interpreta al joven Credence, su mirada y su forma de caminar nos inquietan y nos obliga a pensar que Tenemos que hablar de Credence. Miller es equipado con un look muy a la Simple Jack (Tropic Thunder) y su interpretación y caracterización es por momentos llevada al exceso.
Yates deslumbra con un mundo perfectamente ambientado en la época que sus personajes viven, el diseño de producción y los vestuarios son atinados y nos llevan en un viaje en el tiempo. Un factor para que todos esos elementos funcionen es la cinefotografía y la paleta de colores empleada, colorida sí, pero guiada siempre por un sepia que evoca la más mágica nostalgia.
Rowling sabe qué hacer con su universo y se encuentra al fanservice, hace múltiples referencias que sin duda logran vincular las historias. Se puede sentir el grito ahogado de la sala cuando se menciona el nombre de Albus Dumbledore o tal vez el de Gellert Grindelwald, sin duda los fans sonreirán de oreja a oreja cuando otros apellidos sean mencionados o uno que otro objeto aparezca en la película.
¿Y los animales fantásticos? Su presencia en la cinta es divertida, el trabajo de CGI es sorprendente en la mayoría de las bestias. Algunas de las criaturas que vemos en pantalla son más memorables que otras, pero todas tienen su encanto. En una secuencia en la que Newt le muestra a Jacob sus fantastic beasts se llena de magia gracias a la presencia de esos seres y la interacción que tiene con el mago y el humano.
Fantastic Beasts se enfrentaba a una tarea muy complicada. Todos estábamos muy emocionados por volver al mundo Potter, pero esta sería la primera ocasión que veríamos una película sin el protagonista que da nombre e identidad a la franquicia, tampoco tendríamos a ninguno de los personajes que aprendimos a querer durante diez años, sin embargo no hubo problema alguno gracias al carisma y encanto del equipo de héroes. Redmayne fue una selección que no sale ni mandada a hacer, el actor interpreta perfectamente el lado intelectual de Scamander con una ternura que fascina. Fogler es el encargado de llevarse las risas, mientras que Sudol hechiza con su personaje que es la encarnación de la inocencia en un empaque glamuroso de los años veintes. Waterston maravilla de igual forma con su presencia y deja clara su habilidad para cargar una cinta en solitario. No todo es color de rosa pues Colin Farrell es desaprovechado y se pierde entre animales y encantamientos.
Fantastic Beasts and Where to Find Them no es solamente una cinta más en el mundo que nos regaló Rowling, también fue la elegida para cimentar y abrir paso para las futuras entregas de una nueva historia. Comparar Fantastic Beasts con Harry Potter resulta un ejercicio inútil, la segunda no fue solamente una serie de libros que invitaron a miles de jóvenes a la lectura, sino también una saga cinematográfica que le enseñó a toda una generación a creer en la magia, crecimos junto con Harry y ese sentimiento no puede ser emulado. Fantastic Beasts and Where to Find Them hace un gran trabajo, convence y nos hace disfrutar nuevamente de la hechicería, es una nueva página del libro que nos invita a creer en lo increíble.