“This is the dream! It’s conflict and it’s compromise, and it’s very, very exciting!”
El momento en el que miramos atrás para ver todo lo transcurrido durante un año al fin ha llegado y siempre es emocionante recordar las cintas que desfilaron ante nuestros ojos y nos hicieron vibrar de emoción, aquellas que nos invitaron a descubrir nuevas realidades y a tener sensaciones únicas.
Para muchos 2016 fue un año bastante pobre con producciones muy deplorables y no se puede negar que hubo tropiezos, no todo es miel sobre hojuelas, pero 2016 fue un año extraordinario que nos ha regalado un sinfín de cintas que sin duda permanecerán en nuestra memoria por siempre.
Elegir solamente 25 cintas es una tarea complicada pues siempre habrá títulos que merezcan entrar a la lista final y que no formen parte de ella. Antes de comenzar el conteo es necesario reconocer a los runners up que disfrutamos durante todo el año, destaca la original y divertida Swiss Army Man; la poderosa y atemporal Aquarius; la sensual y visualmente deleitante The Handmaiden; nuestro documental favorito, la personal e impactante Fuocoammare; y la genialidad que Disney hizo con su live action de The Jungle Book fueron las películas que casi logran entrar a la lista final.
A continuación te presentamos nuestra lista con las mejores cintas del 2016:
Un thriller impactante y sexy es lo que nos entrega Tom Ford en Nocturnal Animals, desde los títulos iniciales el director nos deja claro que no veremos algo convencional. Amy Adams nos atrapa desde el primer momento con una interpretación que desborda sensualidad, de igual forma Jake Gyllenhaal la interpretación logra transmitir toda la frustración de su personaje de una manera real y efectiva. Aaron Taylor-Johnson es sin duda la más grata de las sorpresas del reparto, su actuación es intensa y formidable, sin duda está irreconocible. Nocturnal Animals es sexy y calculadora, cada movimiento de la cámara de Ford tiene una intencionalidad clara, mueve su drama por los terrenos del thriller de manera eficaz y concreta, todo es frío como los sucesos que viven los personajes del libro que nos están contando.
La ganadora de la Palma de Oro del pasado Festival de Cannes es un golpe amargo de realidad que no se detiene para ver si te encuentras bien, no es condescendiente con el espectador y esa es justo su mejor característica. Loach retrata lo bajo de la sociedad, pero también capta los pequeños indicios de bondad que aún existen en el mundo. La película hace frente por la dignidad del ser humano que lentamente se ha ido perdiendo.
Mia Hansen-Løve es una de las directoras más interesantes que se encuentran actualmente en activo y L’avenir es un verdadero triunfo. Lo que pudiera haber sido un drama intenso con gritos y alaridos se convierte en un reflejo cotidiano de una mujer y la forma en que sobrelleva una etapa de crisis intensa en su vida. El trabajo de Isabelle Huppert tiene mucho que ver con los resultados logrados, la actriz no se contiene, es una interpretación natural que sorprende por las notas orgánicas que alcanza. Hansen-Løve retrata la sutilidad con la que se pueden presentar las situaciones que más marcan nuestra vida y ponen nuestro mundo al revés, nos muestra las dificultades que siempre se avecinan en nuestro futuro, nos plantea preguntas sobre lo que viene y la forma en que lo viviremos, nos produce una sensación inquietante, por momentos curiosa, sobre todo lo que su pone el porvenir.
Una de las joyas que Disney nos regaló durante el 2016 fue sin duda Pete’s Dragon, la adaptación del poco conocido clásico de los 70s es conmovedora y profundamente poderosa. Nos enfrentamos a una cinta de la casa del ratón como ninguna otra, Lowery recibió un presupuesto, que posiblemente fue mayor al que utilizado en toda su filmografía y hace valer cada centavo, la gran ventaja es que el director se mantiene fiel al estilo de cine independiente que lo ha caracterizado y el híbrido que se forma es una maravilla. Cada secuencia nos hace comprender la importancia de la relación entre Pete y Elliot para cada uno de ellos, nos recuerda lo indispensable que es la imaginación, pero aún más importante la necesidad de creer.
La nueva cinta del mexicano Amat Escalanate supone un nuevo mundo para su filmografía, se trata de una transición intensa pero sin perder su esencia. El misterio crece a medida que nos adentramos más en el bosque, en la cabaña y en su peculiar habitante, sin embargo Escalante no da específicos sobre el más grande secreto que oculta su película, prefiere explorar las reacciones, las sensaciones que tienen todos los que se involucran con ello. El triunfo de La región salvaje recae en el viaje por el que nos lleva, una experiencia sensorial alucinante que despierta emociones y sensaciones en todo el que la ve, una obra que te agarra y te devora de una manera simplemente deliciosa.
Shane Black dirige comedia negra que rescata elementos clásicos del film noir setentero y las comedias ochenteras combinado con impresionantes secuencias de acción y entrega una de las cintas más divertidas y electrizantes del año. Ryan Gosling y Russell Crowe se unen para convertirse en los peores detectives de la historia. Black ocupa la violencia física como uno de los principales vehículos para entretenernos y lo hace de una manera estupenda, en ningún momento se abusa del recurso y ambos actores demuestran sus dotes en el género. Las luces de neón y un maravilloso OST se conjugan de manera singular y junto con el diseño de producción os transportan a otra época y a sus alocadas fiestas.
Te prometo anarquía es el quinto largometraje del director guatemalteco Julio Hernández Cordón y en él nos adentra en los escenarios que rodean la vida de los jóvenes en la ciudad. Miguel y Johnny son amigos inseparables desde hace tiempo, ambos vienen de dos estratos sociales muy diferentes, ese factor no les ha impedido compartir uno de sus grandes amores el skatebording, pasatiempo al cual le invierten gran parte de sus días. Te prometo anarquía elabora un retrato fiel de la condición social de nuestro país (la cual se asemeja y comparte elementos en común con el resto de Latinoamérica) cada locación, desde el metro hasta el mercado Jamaica o las canchas de frontón de los espacios públicos cumple con el propósito de sumergirnos en el mundo real y sin tapujos de los jóvenes de su historia, de nuestra realidad.
Luca Guadagnino dirige A Bigger Splash, una cinta inspirada en la película La Piscine de 1969. Marianne (Tilda Swinton) y su esposo Paul (Matthias Schoenaerts) se encuentran vacacionando en una isla italiana, un lugar hermoso y alejado del mundo, justo lo que necesita Marianne, quien se está recuperando de una operación en la garganta y no puede hablar con tal de recuperar la voz y poder volver a cantar. Sus idílicas vacaciones se verán interrumpidas con la llegada del manager y exnovio de la cantante (Ralph Fiennes) y su joven hija (Dakota Johnson). Un cuadrado amoroso se desatará dejando expuestos los deseos más puros de cada uno de los protagonistas. Dinámica y explosiva, A Bigger Splash es una cinta que sorprende a cada cuadro, las actuaciones de los 4 histriones son el espectáculo principal, ninguno es opacado por otro. Los increíbles paisajes nos invitan a alejarnos junto con ellos de la realidad. La piscina de la casa será el centro de todos los sucesos que vemos en pantalla, olvidamos por un par de horas todo lo que nos rodea y preferimos quedar cegados por el sol.
La mejor banda del año es sin duda ¡Sing Street! John Carney vuelve a hacer un musical sensacional e íntimo. Sing Street brilla por las notas que toca y por la emotividad con la que lo hace. La historia, bastante sencilla, se basa en el ya clásico boy meets girl pero ese será solamente un pretexto para adentrarnos en un relato de amistad y hermandad único, cargado de sentimiento y de emoción pero sobre todo de Rock & Roll. Carney acompaña la historia con una serie de canciones pegajosas e interesantes y sobra decir que son bastante buenas, tal vez demasiado buenas. Una vez que Sing Street concluye seguro te encontrarás cantando una y otra vez cada nota de lo que acabas de escuchar.
A Monster Calls nos lleva a conocer a un niño que debe lidiar con la enfermedad terminal de su madre, un padre ausente y dificultades con sus compañeros de clase, todos sienten lástima por él, no saben cómo acercársele, sus acciones no trascienden, es como si fuera invisible. Bayona dirige con maestría a sus actores y exprime cada sentimiento al máximo para que cuando el ansiado clímax llegue todos estemos preparados para experimentar el poderío emocional que se comenzó a construir desde el minuto uno. La cinta explora en nuestros adentros y nos obliga a confrontar nuestros más profundos miedos para poder seguir adelante. Es un ejercicio que nos enfrenta a lo que no queremos ver, uno que nos rompe en mil pedazos.
La juventud tiene a una voz que la refleja a la perfección y esa es Andrea Arnold. American Honey es una especie de opus de la directora sobre el tema y es espectacular, los personajes son un grupo de outcasts a los que la vida se ha empeñado en dar la espalda, son los olvidados del sueño americano. El estilo de Arnold nos permite deambular libremente por un mundo que ha sido capturado en una burbuja, el dinamismo que ofrece en su discurso nos mantiene alerta, a través de las situaciones que observamos la tensión se acrecienta y cuando llega el momento de liberarla lo hacemos en grande, la fiesta y las risas abundan aún en los terrenos más peligrosos, cuando somos jóvenes no nos detenemos a pensar en las consecuencias de nuestras acciones ni en los peligros a los que nos exponen. Al final American Honey nos lleva enfrenta a nuestro más profundo deseo… Forever young, I want to be forever Young.
Kubo and the Two Strings es sin duda uno de los mejores trabajos de animación de los últimos años. Cada detalle se ha cuidado de manera obsesiva para encontrar belleza en cada movimiento de los elementos en pantalla. Kubo triunfa en los pequeños detalles, la forma en que las hojas se mueven y crean pequeñas figuras de origami es ejemplo de la gran calidad de la animación. La pérdida y el poder de las memorias son el tema central del filme y son abordados de manera sencilla para que un niño los pueda comprender. Nos habla directamente a todos los que hemos perdido a alguien y es un retrato del proceso de duelo que es desgastante, abrumador y confuso. Con empatía y suavidad nos recuerda que las memorias son lo más preciado y poderoso que existe y que a través de éstas nuestro viaje continuará eternamente.
Juste la fin du monde nos sumerge de inmediato en la agobiante realidad de Louis (Gaspard Ulliel) que se ve forzado a visitar a su familia, después de haber huido de ellos, para anunciar que va a morir. No sabemos que enfermedad padece, sin embrago Dolan nos deja pistas a lo largo del camino, y a final de cuentas dicho padecimiento es solamente un vehículo para entrar en una explosiva dinámica familiar. Juste la fin du monde nos muestra que el pasado no siempre es sinónimo de nostalgia, regresar en nuestro andar para un ¿ansiado? reencuentro no siempre nos dará los resultados esperados. Cada uno de los personajes parece estar en una intensa agonía por una u otra razón, todos se encuentran en un barco en llamas, cada quien vive su propio fin del mundo interno y lo afronta de la manera que puede, es un cataclismo que destruye la frágil estructura con la que se ha forjado la vida de cada uno y que amenaza con no dejar vestigios de lo que un día fue.
Wouldst thou like to live deliciously? es la pregunta con la que nos quedamos al terminar de ver The Witch, una aterradora historia que produce intensas sensaciones y libera los más salvajes instintos. Cada imagen es acompañada de una punzante banda sonora que agudiza y enfatiza las acciones que está por ocurrir. Si bien la música ha sido empleada en las cintas del género para acentuar el miedo o anticipar, el ya clásico y abusado jump scare, The Witch la utiliza de hilo conductor durante todo el film, haciéndola parte fundamental de la experiencia que nos proporciona la película. The Witch ocupa todos sus elementos de una manera única e innovadora, Eggers conoce el género a la perfección y lo domina en una ópera prima extraordinaria ¡Hail Black Phillip!
11. Bacalaureat (Cristian Mungiu, 2016)
Cristian Mungiu es un experto en entregar radiografías sociales con situaciones cotidianas. Bacalaureat narra los intensos momentos que vive una joven rumana en vísperas de su graduación de preparatoria, la situación familiar, la corrupción, la intensa transición que supone modificar por completo su realidad y un intenso suceso que sin duda quebrará la fina balanza que mantenía su vida en paz nos dejarán explorar con detalle a la sociedad rumana, a la propia humanidad. No hay principio y no hay final, Mungiu entrega un manifiesto furioso. Nos adentramos en nuestra propia capacidad de decisión ¿Nuestra vida está determinada desde el momento en que nacemos? ¿Qué o quién nos hace ser lo que somos hoy? Lentamente los dilemas morales de los personajes comienzan a tomar forma, una forma escalofriante y aterradora por lo cruda y real que es. Pocos dramas logran mostrar la austeridad humana con tanto aplomo. Bacalaureat es calculadora y fría como los humanos que vemos en pantalla, como nuestra misma sociedad.
Captain Fantastic se llena de una comedia sutil en sus mejores momentos y mantiene a sus personajes fieles a sus creencias de principio a fin. El guión de Ross es sólido y entretenido, nos permite comprender un mundo que nos es ajeno, pues realmente todos podríamos ubicarnos con facilidad del lado contrario a la ideología del protagonista en uno o varios puntos. Nos logra fascinar con una historia natural que no hace más que celebrar la vida y el camino que hemos recorrido, no se toman concesiones y se muestra lo bonito y lo feo, las decepciones y las dudas sobre si el camino que seguimos es realmente correcto, enseña el poder de las decisiones y la fuerza que se necesita para vivir con ellas. La cinta nos muestra la postura más idealista de la vida, es la forma en que aprendemos a vivir y disfrutamos en cada momento, enamora por su belleza y naturalidad, conquista por lo orgánico de sus personajes y la forma en que abrazan sus ideales.
Neruda es una cinta poética en toda la extensión de la palabra. La voz de Gael García abre magistralmente y nos atrapa en un aire sedoso, lleno de ternura, mientras recita la historia, que como la de Lola, más que historia es un poema. Larraín entrega imágenes hermosas que constituyen un espectáculo brillante y deslumbrante por sí mismas. Construye, muy a la Malick, una persecución intensa en la que, sin tanta acción, nos engulle con cada cuadro. El policía siempre se encuentra un paso atrás del poeta en un juego de atrapadas endulzado con las más hermosas palabras. No nos enfrentamos a una biopic, en ningún sentido del concepto, después de todo estamos hablando de una película de Pablo Larraín, lo que ocurre frente a nosotros es una oda…es poesía pura.
Nicolas Winding Refn presenta The Neon Demon una cinta que se adentra en el despiadado mundo de la moda y la belleza, como era de esperarse el director no toma concesiones y nos entrega un viaje tan crudo como hipnótico. Los encuadres que Refn ofrece le hacen justicia a su característico estilo y juegan con nuestras mentes provocando que no podamos despegar los ojos ni un segundo de las cautivadoras y por momentos perturbadoras imágenes. La atmósfera creada por el equipo de Refn es envolvente, los colores neón brillan a cada cuadro y juegan con los extravagantes y deslumbrantes vestuarios de los personajes, cada fotograma se encuentra detallado y estilizado para generar un conjunto de imágenes capaces de hacer estallar los ojos y en la parte sonora Cliff Martínez hace evidente su talento al entregar una de las mejores y más electrizantes scores del 2016.
Jenkins dirige un viaje íntimo y personal, uno sobre la aceptación de nuestra identidad y las dificultades que se tienen para mostrarse al mundo. La masculinidad y la sexualidad no habían sido reflejadas de una manera tan bella e intensa en pantalla, la travesía a la que nos enfrentamos es de descubrimiento, de miedos y alegrías. La banda sonora es un gozo que se conjuga con la hermosa cinefotografía en cada fotograma, la experiencia cinematográfica que Moonlight nos regala es algo que perdura en la memoria. Los prejuicios de la sociedad han orillado a ocultar el amor más puro, pero cuando se abraza la verdadera identidad, aunque sea por un breve instante, por un momento, por dulce y delicado beso, eso significa todo, Jenkins nos sumerge en un mar de sentimientos expresados en las más bellas imágenes.
Hay muy pocas cosas en el mundo que logran impactar y estremecer de la forma que lo hace Toni Erdmann. Nada de lo que se diga de la cinta le hará justicia a la impactante obra de Maren Ade. Toni Erdmann es una comedia sobre la vida misma, pero a la vez es un intenso drama que reflexiona sobre las razones de nuestra propia existencia, de nuestra propia felicidad. Cada minuto de la cinta es refrescante, las acciones que vemos en pantalla son espontáneas, nadie sabe en qué lugar terminarán inclusive sabiendo que viene después, siempre será una sorpresa. El tercer acto de la película es uno para el recuerdo, la secuencia en la que Sandra Hüller interpreta The Greatest Love of All hilarante pero a la vez devastadora, es trascendental en el viaje que viven los protagonistas, encierra la esencia de la cinta y la compacta en cuatro minutos que merecen una ovación de pie.
Villeneuve nos regala una de las mejores cintas de ciencia ficción de los últimos años, Arrival no hace un estudio de las posibilidades de encontrarse con la vida de otro planeta, sino de la misma humanidad, de nuestras emociones y reacciones. El score de Jóhann Jóhannsson (basado en cuerdas) es tremendo, verdaderamente alucinante, es envolvente, nos atrapa y juega con nosotros, nos lleva justamente a donde Villeneuve quiere que estemos. Captura la esencia aterradora del suceso, pero al mismo tiempo nos maravilla por lo imponente que es. Amy Adams ofrece una actuación fuera de serie, la actriz tiene una habilidad fuera de serie para comprender a sus personajes y vivirlos de una manera especial y única. Arrival explora con gracia el sentido de la humanidad, nuestra colectividad. Es un viaje a los orígenes, pero también al futuro y a nuestra realidad actual.
Manchester by the sea es otra obra maestra del gran Kenneth Lonergan. El director construye uno de los dramas más intensos de los últimos años y lo condensa en una bomba de emociones que no nos dejan descansar. Cada secuencia de la cinta tiene una intencionalidad concreta, se articulan de manera natural al relato que parece no partir de ningún sitio, pero cuando te atrapa y todos los hilos se conectan un gancho al hígado nos impacta por sorpresa dejándonos sin aire y no seremos capaces de recuperarlo con facilidad. Los sentimientos que se plasman en la pantalla son crudos y reales. Nos adentramos de lleno al proceso de duelo que vive un ser humano y como los demonios internos de una persona pueden consumirla hasta cambiarla por completo. Manchester by the sea es la devastación de la pérdida expresada en imágenes.
Bros will be bros! Con un cast conformado en 90% de hombres la fiesta que promete Linklater es bestial, cada uno de los jóvenes tiene algo en común con sus compañeros: son los más competitivos y están en busca de mujeres. Una de las mejores selecciones musicales del año nos acompaña mientras vemos como el carismático grupo se prepara para el regreso a clases. El guión brilla tanto como los actores, de los que destacan Tyler Hoechlin y Glen Powell. Everybody wants some!! Es una de las cintas más divertidas de la década y un clásico instantáneo.
Fuimos afortunados al no tener uno sino 2 trabajos del excepcional director chileno Pablo Larraín este año. Jackie rompe con todas las reglas de una biopic tradicional, a Larraín no le interesa enumerar hechos históricos, le importa que conozcamos a la protagonista de una manera personal y el resultado es impactante. El estilo del chileno le ayuda a humanizar al personaje, que con close ups y elegantes cortes se vuelve de carne y hueso ya abandona su estatus de leyenda y figura pública; conocemos las penas y el dolor de Jackie y gracias al espectacular trabajo de Natalie Portman logramos conectar de inmediato con ellas. La música de Mica Levi y la cámara de Stéphane Fontaine no nos dejan escapar de la desesperación que se vive en cada fotograma, Larraín nos entrega tomas llenas de dolor y nos hace compartir la devastación.
Sabes que el año ha valido la pena cuando te encuentras con una película que es capaz de trascender los límites de la pantalla y conquistarte con cada cuadro. La La Land es un sentido homenaje a los musicales y a Los Ángeles, una oda para los soñadores llena de alegría y melancolía. Damien Chazelle comprende a la perfección la música y tiene clara la visión que quiere mostrar, uno podría pensar que el director vive su vida como un musical, ya que esa es la única explicación lógica para poder comprender la perfección del ritmo con el que se mueve el gran espectáculo que monta y desmonta a cada cuadro. Ryan Gosling y Emma Stone ofrecen interpretaciones mágicas, la música de Justin Hurwitz es espectacular, es música para la eternidad. La La Land es una celebración para todos los que sueñan y al mismo tiempo es un sueño por sí misma. No ha habido una experiencia similar en muchos años, Chazelle es un genio, nos ha regalado una joya cinematográfica sin precedentes, un verdadero triunfo audiovisual que deslumbra en todo momento.
