ACT UP

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“Nuestros amigos están muriendo…nosotros no queremos morir.”

La realidad de las minorías, así como su historia, se encuentra plagada de casos que desgarran el corazón. Para la comunidad LGBT el camino ha sido largo, la batalla se sigue librando para abandonar el anonimato y realmente poder vivir en libertad. Uno de los asesinos silenciosos que ha sido enemigo constante del grupo es el VIH, desde su surgimiento la lucha contra la enfermedad y las farmacéuticas ha sido incansable y ha cobrado miles de vidas.

Robin Campillo decide retratar al grupo activista ACT UP en su cinta 120 Battements Par Minute, la asociación se encuentra integrada por gente con VIH que busca crear conciencia en la sociedad sobre esta enfermedad, difundir y acelerar los avances médicos que se logren para poder brindarse a ellos y a los suyos una mejor calidad de vida.

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Sean (Nahuel Pérez Biscayart) es uno de los miembros más apasionados del grupo, su activismo político es intenso, sus demandas son fuertes y concisas, sabe que el tiempo le juega en contra por lo que debe gritar intensamente para buscar la forma de sobrevivir. Dentro de ACT UP conocerá a Nathan (Arnaud Valois), un chico nuevo que no es VIH positivo, pero que une su voz a la del resto, la condición de salud de Sean no es impedimento para que entre ellos se desarrollé una intensa relación, haciéndonos ver lo que muchas veces olvidamos, nunca se deja de vivir.

120 Battements Par Minute nos hace encariñarnos de cada uno de los integrantes del grupo, peleamos junto a ellos, sufrimos a su lado y sobre todo amamos con cada uno de ellos. La desesperación por obtener respuesta a sus demandas es tan intensa como las ganas de vivir que tiene cada uno.

Campillo nos lleva por lo malo, lo feo y lo bello. Sentimos el dolor que cada uno vive, observamos el deterioro que sufren con el pasar de los días, pero lo que es más importante compartimos su felicidad y esperanza. El director nos muestra las diferencias que existen entre ellos, de igual forma nos deja saber, con tan solo una mirada de cada uno, que existe un gran vínculo que los une, que forma una comunidad que se niega a dejar a alguien en soledad.

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Las fiestas van de la mano de las protestas, todo forma parte de una misma realidad y se conecta con electrónico score compuesto por Arnaud Rebotini que nos hace sentir parte del movimiento, te alegra y te altera, cada beat retumba en nuestros oídos y a través del sonido nos sincronizamos con los personajes.

Nada de las intensas emociones que sentimos hubiera sido posible sin el increíble cast, sobre todo por Nahuel Pérez Biscayart, su interpretación es desgarradora e intensa, vemos en él genuinas ganas de vivir que transpiran en la pista de baile y que trascienden la pantalla, igual se debe mencionar que Arnaud Valois realiza un trabajo excepcional, lleno de ternura y rabia.

Campillo y su equipo tienen la capacidad de, no solamente hacer que el espectador empatice con los personajes, sino de darnos voz y obligarnos a ocuparla para unirnos a la lucha. 120 Battements Par Minute es hermosa, está llena de vida en cada latido.