“This is as real as it gets kids…you learn from living!”
¿Cuál es la mejor forma de criar a los hijos? Es una pregunta que no tiene una única respuesta y que sin duda ha pasado por la cabeza de todos los padres de la Tierra, cada núcleo familiar hace sin duda lo que considera mejor para su descendencia, pero la duda siempre habita la cabeza ¿lo estoy haciendo bien?
The Glass Castle, basada en la obra homónima de Jeannette Walls, que cuenta las memorias de su infancia y el impacto que dichas vivencias y su familia tuvieron en su vida como mujer. La familia de Jeannette no es convencional, su padre (Woody Harrelson) es la cabeza de la familia y ha decidido que él, su esposa (Naomi Watts) y sus 4 hijos deben vivir la vida intensamente sin someterse a las ataduras que la sociedad y el mundo nos imponen; esto implicó que la familia nunca tuviera un hogar fijo, pues huían de pueblo en pueblo cuando las deudas los alcanzaban, el ritmo de vida que llevaban no es un fácil y no es de extrañarse que todos buscaran el momento de huir.
Destin Daniel Cretton decidió contar la historia en dos líneas temporales que se cruzan a medida que la historia avanza, la primera es la infancia y adolescencia de Jeannette y la segunda es la vida adulta de la protagonista (Brie Larson), esta decisión no fue la más atinada ya que contrapone temporalidad de una manera muy poco elevando el nivel de tedio con facilidad.
Evidentemente la historia se va por el camino emocional y toma muchos atajos para llegar directamente a nuestros sentimientos, todos aquellos que disfruten de cintas con estas características seguramente disfrutarán de The Glass Castle, pues en esencia logra su cometido de panzazo.
La infancia de Jeannette es contada y filmada de manera muy similar a Captain Fantastic (una de nuestras cintas favoritas de 2016) y ese factor no le ayuda, pues a cada cuadro recordamos la cinta de 2016 y la comparación no favorece a la película de Cretton. El director no desarrolla con la misma gracia ni igualdad todos los personajes, a pesar de ver a la familia completa en todo momento es imposible sentir que los conocemos a todos.
La importancia de la familia y la forma en que nos moldearon cobra una importancia fundamental al momento de crear nuestra identidad y ese aspecto es justamente el que se explora con creces en The Glass Castle, al mirar hacia atrás y descubrir la trascendencia que nuestros seres queridos han tenido en nosotros podemos descubrir el corazón de nuestra composición.
Cretton vuelve a unir fuerzas con Brie Larson en la pantalla grande, desafortunadamente los resultados no son los mismos que en la tremenda Short Term 12, Larson no tiene un personaje que la haga lucir, son pocos los momentos en los que la actriz muestra su potencial. Los que se roban el show son Woody Harrelson y Naomi Watts, ambos ofrecen una pintoresca e intensa interpretación de dos seres que podrían competir fácilmente por el título de peores padres del año.
Cazar los demonios que habitan en nuestra memoria puede ser algo aterrador y peligroso, las revelaciones que encontremos pueden no ser lo que esperábamos, liberarnos del pasado es fundamental para poder entender nuestro futuro. The Glass Castle nos prometió una hermosa edificación de cristal que se quedó en el papel, pero a veces eso es más que suficiente.