“I don’t care if you die.”
La segunda guerra mundial ha sido un evento que ha generado un sinfín de investigaciones a su alrededor, los datos no mienten y los hechos son escalofriantes. Conocemos a los protagonistas, se ha intentado dar nombre a aquellos que se perdieron en el anonimato, sabemos la forma en la que inició y la manera en que termina el fatídico suceso, pero poco sabemos de algunas de las secuelas que dejó el enfrentamiento.
Under sandet (Bajo la arena) es una cinta que se centra en los eventos de la postguerra en Dinamarca, lugar en el que habían sido enterradas miles de minas y ahora los soldados alemanes restantes son los que deberán retirarlas. La misión suena suicida y verdaderamente lo es, pues se conoce la ubicación de algunas de las bombas, pero muchas continúan bajo tierra a la espera de ser descubiertas; eso sin contar la dificultad que supone trabajar con un material tan sensible como esos explosivos.
Martin Zandvliet dirige un filme que fácilmente pudo haber caído en clichés e incluso formar parte de una propaganda política, pero el director se ha concentrado en mostrarnos las heridas de guerra que han dejado una huella permanente en los implicados de ambos bandos.
En los primeros minutos del metraje conoceremos al Sgt. Carl Rasmussen (Roland Møller) un despiadado militar que tendrá a su cargo a una docena de jóvenes alemanes que parecen, a simple vista, no alcanzar ni los 20 años de edad, su futuro se les ha escapado de las manos por circunstancias ajenas a ellos, simplemente por estar en el momento y tiempo equivocados sus destinos fueron sellados.
La actitud del sargento y la forma en que trata a sus internos sobrepaso lo inhumano, sin agua o alimento y con más de 3,500 minas que quitar en 3 meses sus oportunidades de ver una vez más su país natal se van disminuyendo rápidamente. Los pocos habitantes locales que llegamos conocer comparten el sentimiento de antipatía por sus no deseados huéspedes ¿y quién no lo tendría después de las atrocidades que se cometieron?
Sobra decir que la relación preso-carcelero que observamos tendrá un giro compasivo, pues de alguna forma la convivencia diaria y ver a otro ser humano en sufrimiento puede llegar a sacar lo mejor de nosotros. Zandvliet juega con esa compasión de manera vigorizante, se despega de todo tipo de fórmulas para mostrar meramente los sentimientos y sensaciones más íntimas, apela a la razón y a la sed de venganza con un discurso que debería ser puesto en práctica en nuestra vida cotidiana.
En la guerra no hay ganadores y eso es algo que muchas veces se olvida con facilidad, Under sandet es un recuerdo permanente de las heridas que quedan expuestas y de lo que es necesario realizar para hacerlas sanar. Todo enfrentamiento tiene bajas y las ansias de venganza suelen ser lo primero que aparece al concluir el evento, pero requiere una verdadera cabeza fría, un razonamiento adecuada y por supuesto un pizca de humanidad para ser justo con aquellos que no han sido culpables.
Zandvliet hace una cinta que eleva el sentido humano, es cierto, pero no olvida que el panorama en el que se mueve es peligroso y las tensiones se encuentran a la orden del día. No se les permite a los personajes ni a nosotros tomar un respiro para olvidar los riesgos que los rodean, la cinta es un verdadero thriller en el que el verdadero enemigo espera ansioso un paso en falso de cualquiera para volarlo en mil pedazos.
Roland Møller hace un trabajo fascinante, basta con ver la mirada del actor para comprender los estragos que la guerra le ha causado, su cuerpo y su alma se han desgarrado por todo lo que ha visto y vivido, no es necesario que nosotros lo atestigüemos pues el actor nos convence de ello desde el primer cuadro. Los jóvenes alemanes hacen todos un trabajo sólido, a pesar de que muchos de ellos no serán recordados al terminar la cinta el trabajo en conjunto es bastante convincente. Los “nazis” (evidentemente los muchachos no tienen tan arraigada dichas ideas) ahora sufren las consecuencias de sus actos, ahora son ellos los que se han transformado en un número y que pueden desaparecer al día siguiente y nadie se inmutaría, una vez más es necesario decir que en la guerra no hay ganadores y vemos el terrible destino que sufren los implicados de ambos bandos.
Los inmensos paisajes que son captados por la cámara nos muestran lo desolado del lugar, son bellos por supuesto, pero la vida se les ha escapado, los estragos de un hecho destructivo se hacen presentes a cada momento. El trepidante score es punzante, llega a la yugular y le da un tono al thriller que es imposible de olvidar hasta que un silencio ensordece nuestro entorno tras una explosión que le pone fin al futuro que jamás llegará para alguien.
Under sandet es un relato sobre el despertar de la compasión, sobre el triunfo que puede existir después de la guerra. Es un relato que permanecía oculto como las minas que los alemanes buscaban en Dinamarca y que ahora tiene voz propia. Es la historia de aquellas heridas que jamás desaparecerán y con las que tendremos que hacer las paces de alguna forma, son vestigios de una vida pasada que se convierte en la abrumante realidad de aquellos que siguen respirando.