“They’re gonna call me…”
¿Qué define a un adolescente? Sin duda a nuestra cabeza vienen un sinfín de características, en su mayoría negativa a los ojos de los adultos, y todas las que se pueden imaginar son ciertas, pero particularmente hay una que se ha convertido en una idea universal por la que todos los que hemos estado ahí hemos pasado: las ansias de comerse al mundo. Morimos por ser independientes, creemos que la vida nos sonreirá y que no necesitamos de nadie para triunfar en el mundo; todo lo que queremos hacer no está a nuestro alcance por no contar con la madurez suficiente y en ese momento no lo comprendemos, pero cuando pasamos esa caótica, pero divertida etapa nos damos cuenta de lo equivocados que estábamos.
Pasaron muchos años para que el sueño de miles de fanáticos se hiciera realidad, ver a uno de los héroes más icónicos del universo de Marvel volver casa, por su puesto hablamos de Spider-Man y al fin ese anhelo llegó a la pantalla grande y desde este momento me gustaría dejar claro que no fue decepcionante en absoluto.
Spider-Man: Homecoming arranca justamente minutos después de la última vez que vimos al arácnido en Civil War, de hecho presenciamos la forma en que Peter Parker (Tom Holland) vivió el pre de su aparición en la batalla, sus impresiones durante el acto y el después de su participación de una manera simplemente brillante. La introducción (sin contar el pequeño prólogo que nos introduce a Vulture, interpretado por Michael Keaton) es carismática, divertida e innovadora, vivimos el épico enfrentamiento de Iron Man (Robert Downey Jr.) y Captain America (Chris Evans) a través de los ojos de otro fanático, uno que nos encanta amar.
Tras haber participado con los Avengers uno esperaría que fuera parte del equipo de inmediato, pero desafortunadamente Peter es muy joven y su nuevo mentor Tony Stark le pide que tenga paciencia y que trabaje duro para un día lograr formar parte del A Team, mientras tanto debe conformarse con ser un héroe local, ayudando a vecinos a cruzar la calle y resolviendo “posibles” crímenes menores; eso no suena tan divertido después de haber peleado contra un gigantesco Ant-Man a lado de Vision.
Peter pasa sus días reportándose con Happy (Jon Favreau), quien no le tiene mucha estima o paciencia al chico, y esperando la llamada del señor Stark para entrar a una nueva misión. Ha dejado toda su vida de lado, la escuela no es tan importante, los compromisos con su mejor amigo Ned (Jacob Batalon) pasaron a último término, el equipo de decatlón académico ya no tiene importancia ni siquiera porque es el momento en el que puede convivir con su interés amoroso Liz (Laura Harrier), todo por estar impaciente por convertirse en uno de los Vengadores.
El casi novato Jon Watts es el encargado de dirigir la cinta que fue escrita por seis pares de manos diferentes, el toque del director es casi imperceptible y es claro que no se encuentra familiarizado con todos los elementos que el macro estudio puso a su disposición, es su familiar protagonista el que se encarga de hacer toda la magia muy a pesar de contar con algunas secuencias de acción flojas y con efectos visuales que gustan pero no deslumbran, sin embargo eso no detiene el impactante tren que nos hace disfrutar en grande de la cinta.
Homecoming brinda una bocanada de aire fresco a todas las cintas con un superhéroe al centro, ya que no se concentra solamente en el ya cansado dilema del bien y el mal, sino que ofrece una genial cinta de adolescentes con todas las características del género. Nunca nos olvidamos que Peter es apenas un niño, que es un héroe en entrenamiento y eso es el segundo plano que se conjuga de manera increíble con el resto de la película.
A través del personaje de Peter Parker volamos a clásicos como Ferris Bueller’s Day Off o The Breakfast Club, o bien podría ser parte del divertido cast de Can’t Hardly Wait sólo cambiando un poco la fijación de deseo que tiene. Es maravilloso ver que todos los actores involucrados verdaderamente corresponden a la edad de los personajes que interpretan y que se sienten cómodos bajo esa piel, que bien puede ser la misma que experimentan en su realidad.
Por su parte el villano que Keaton nos entrega es uno de los más creíbles que las cintas del género nos han ofrecido, sus motivaciones son genuinas y la construcción que tiene el personaje es efectiva; se trata de alguien que ha sido estafado y engañado por aquellos que ostentan más poder que él y que ahora ha encontrado la forma de revelarse.
Tom Holland cumple con creces con el traje que lleva puesto, el actor es fascinante y adorable, encarna a un joven que no sabe qué hacer con todo lo que se le ha entregado de golpe, la confusión y la impulsividad son latentes; Holland ofrece una constante búsqueda que su personaje realiza para encontrarse a sí mismo. Jacob Batalon es quien se lleva la mayoría de las risas como el mejor amigo de Peter y el actor disfruta tanto lo que hace que nos hace participes de su gozo. La contraparte femenina hace un gran trabajo con Zendaya y sus 15 líneas que roban la mirada o con la correcta y despampanante Marisa Tomei, aunque los personajes de ambas actrices cuentan con poco tiempo y desarrollo encuentran la forma de atrapar a la cámara.
Si bien la cinta supone un nuevo mundo y horizontes en el género de superhéroes por el híbrido que crea narrativamente, no se olvida de los fanáticos de Spider-Man que esperan emoción y adrenalina, la cinta brinda un fan service sensacional con un par de sorpresas que seguro los dejarán más que satisfechos.
Uno de los mejores aciertos de Spider-Man: Homecoming es la forma en que utiliza a los Vengadores, en esta ocasión habrá presencia de Iron Man sí, pero en un papel secundario que le brinda una nueva faceta al personaje. La cinta per se no depende de ninguno de los clásicos héroes a los que ha acudido anteriormente, la integración de la trama del Universo a la realidad de la cinta es fenomenal; por Dios se habla en la escuela del Tratado de Sokovia como si hubiera sido la segunda guerra mundial, más nunca interfiere directamente con la narrativa del personaje principal de la cinta.
Spider-Man: Homecoming es una verdadera bomba que te deja con ganas de mucho más. El filme nos adentra en las dificultades de crecer y el autodescubrimiento y en las disyuntivas que se generan cuando se debe tomar la decisión de quién realmente eres y quién quieres/puedes llegar a ser. Es sin duda la mejor bienvenida a casa que cualquiera pudo esperar.