“I’ve been poor my whole life, like a disease passing from generation to generation. But not my boys, not anymore.”
Todos alguna vez hemos sido víctimas de los constantes abusos que realizan las empresas, bancos o gobiernos con nuestro dinero. Actualmente es muy difícil que una persona logre conseguir un trabajo y mucho menos obtener un patrimonio propio con facilidad, ni siquiera hay una garantía que algún día todos lo tendremos. ¿Qué futuro nos espera? El panorama es sin duda incierto.
Toby (Chris Pine) y Tanner (Ben Foster) son dos hermanos que intentan conseguir dinero para terminar de pagar la deuda del rancho de su madre antes de que el banco retenga la propiedad ¿Y cómo pretenden hacerlo? Fácil, robándole dinero a los mismos bancos que intentan quitarles su patrimonio a ellos. Toby es un hombre recto, nunca ha cometido un crimen y lo podemos notar en su actitud, mientras que su hermano ha sido encarcelado por cometer delitos de menor calibre y su descaro y rebeldía lo convierten en la persona con más “experiencia” del equipo, pero ninguno de los dos tiene idea de las implicaciones y riesgos reales de sus actos, corren como gallinas ciegas para cumplir su objetivo y son unas gallinas ciegas con bastante suerte, hasta que son perseguidos por el sheriff Marcus (Jeff Bridges) y su compañero Alberto (Gil Birmingham).
Hell or High Water es un western moderno que ocupa de manera inventiva todos los elementos clásicos del género para entregar una cinta explosiva y ampliamente entretenida. David Mackenzie dirige de forma dinámica una película que rebasa el, ya básico y aburrido, juego de las atrapadas y lo convierte en un escenario con un trasfondo mucho más profundo y pertinente con la situación social actual.
Los hermanos seguirán el mismo modus operandi para lograr su objetivo: asaltar pequeños bancos, huir del lugar, enterrar el auto en el que viajaron y dirigirse al siguiente pueblo. Su plan era infalible, pero no contaban con la experiencia de su contraparte Marcus, sabe exactamente los pasos que seguirán los criminales y tomará su tiempo para hacer su jugada maestra.
Taylor Sheridan (guionista de Sicario, razón por la que no sorprende el interesante enfoque que adopta la historia) construye un relato en el que logra que nos pongamos del lado de los “malos”, los personajes de Pine y Foster son los antihéroes a los que apoyamos desde el principio y con los que logramos simpatizar más, por el contrario el lado de la justicia adopta un carácter poco empático, la situación no solamente se refleja en nosotros, sino que los mismos personajes ambientales de los distintos pueblos así lo manifiestan.
Hell or High Water logra situaciones de extrema tensión cuando lo amerita, pero el toque que la hace más disfrutable son los momentos cómicos patrocinados por Bridges, su personaje es detestable, sí, pero el tono que sigue le permite establecer circunstancias que lo vuelven protagonista, además la química que observamos con Birmingham realmente nos hace creer que éstos han sido compañeros en la policía por años.
Mackenzie se va lo grande y nos muestra desoladas, pero brutalmente hermosas, panorámicas de los desiertos que protagonizan su cinta, de igual forma los escenarios que dan vida a los pequeños pueblos de Texas parecen haber sido encapsulados en una burbuja atemporal que les permite parecer antiguos sin perder el toque moderno que demanda la historia.
Jeff Bridges demuestra toda la experiencia que tiene como actor, logra ser el policía odiado y estar de acuerdo con ello, explora emociones que van de la extrema obstinación, al tremendo rencor y a una profunda devastación y todo lo hace sin perder la esencia de su personaje. Ben Foster se encarga de brindar la parte explosiva y psicótica a Hell or High Water, su personaje es volátil e impredecible y podemos saberlo desde el comienzo gracias a la voz y los gestos que Foster realiza; pero quien realmente sorprende es Chris Pine, la cinta provee al histrión del material que necesita para lucir sus habilidades como protagonista. Pine ofrece una interpretación escalonada, podemos observar su evolución, ofrece congruencia con sus intenciones hasta llevarnos a un final que simplemente deja helado a cualquiera.
Hell or High Water nos lleva por una acelerada persecución, nos coloca en una encrucijada al vernos apoyando a las buenas intenciones, pero a los medios incorrectos. Nos muestra el límite de la desesperación de un hombre que busca asegurar su futuro y el de su familia a costa de todo, aunque esto signifique hacer justicia por mano propia.