«Do you know what my biggest dream in life is? My biggest dream is to make a movie that truly depicts sentimental sexuality.»
El primero de enero Murphy se levanta con el sonido de su teléfono, su hijo está llorando, no alcanza a tomar la llamada pero la persona que lo buscaba ha dejado un mensaje. Se trata de la madre de Electra quien lleva dos meses desaparecida. La noticia conmociona al protagonista, escuchamos sus pensamientos, la resaca y su visible infelicidad marcan el ritmo de sus pasos mientras camina a atender a su pequeño descendiente. Pronto sabremos que la mujer que vive con Murphy y la madre de su hijo es Omi y no su gran amor que ahora se encuentra perdida.
Love, dirigida por Gaspar Noé, nos llevará, a través de una serie de flashbacks, a conocer la fuerte relación entre Murphy y Electra, así como los motivos que los obligaron a separarse. La cronología de la historia no es lineal, los recuerdos que atestiguamos pueden brincar del final de la relación al momento en que ambos personajes se conocieron.
Toda la promoción de la cinta y la clasificación “D” que le fue otorgada anticipan las escenas de sexo explícito que se verán en pantalla. Lejos de encontrarse frente a una película con tintes pornográficos en 3D, Love nos mostrará secuencias sexuales llenas de sensualidad, los cuerpos desnudos de los protagonistas se mueven con precisión a través de una coreografía marcada por los cortes de edición.
Cada corte que ofrece el montaje es como un parpadeo, son vistazos al pasado de la pareja, uno en el que prefería quedarse por siempre a pesar de todos los inconvenientes que en él encontraba. Murphy camina sin rumbo por su apartamento, angustiado, recordando los momentos de felicidad que se han ido junto con Electra y todo gracias a una ley con la que comparte nombre. “Si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal”.
Benoît Debie, cinefotógrafo recurrente de Noé, logra capturar en cada cuadro imágenes de gran belleza que se convierten en protagonistas de la cinta. Los colores, la forma de realizar los encuadres y la banda sonora que los acompaña crea una unidad estética de la forma en la que Gaspar Noé explica su concepto de sexualidad.
El sexo que se muestra en Love no es intenso ni gratuito, forma parte del concepto romance e intimidad que lleva a una sexualidad sentimental única, y es justamente el punto de la cinta y lo que hace que las escenas sexuales no sean tan incómodas para el espectador promedio.
Love no es únicamente una película de sexo, es un encuentro con las debilidades humanas y el impacto que pueden tener en cada persona. Habla de la terrible adicción que generan las sensaciones y las emociones (el amor) en nuestros cuerpos y las emocionantes y terribles consecuencias que esto nos provoca.
El ensayo que Gaspar Noé nos muestra sobre el amor nos puede dejar con la conclusión de que tal vez sea mejor no amar después de todo, pero ¿Cuál es el sentido de la vida? La respuesta se encuentra en el título de la cinta. El color rojo baña las últimas secuencias de la película, la agonía de un ser humano que sigue respirando sin algo que lo obligue a hacerlo ¿Por cuánto tiempo podrá continuar con su sufrimiento? Lo único seguro es que al morir nos llevamos nuestros recuerdos con nosotros y eso es algo gratificante. Las palabras que Murphy le dice a su hijo, aún un bebé, mientras ambos lloran en la regadera engloba la imperfección que nos condena: la vida no es fácil.