“I like worrying about you, Alton.”
Jeff Nichols ha ido colocando su nombre poco a poco en la lista de los directores estadounidenses más inventivos y a los que se les debe seguir la pista. Shotgun stories (2007), Take shelter (2011) y Mud (2012) han logrado consolidar su nombre y retratar, de algún modo, historias sobre niñez, juventud y familia. El director y guionista, originario de Arkansas, entra en terrenos desconocidos con la cinta Midnight Special, un híbrido de ciencia-ficción, thriller y road movie con resultados excepcionales.
Las noticias con la alerta Amber suenan antes de conocer a los emisores. Hablan del secuestro de un niño de 8 años. Dos hombres se encuentran en una decadente habitación de un motel, se miran angustiados mientras los comunicados aún resuenan en sus cabezas, atrás de ellos, en un fuerte construido con cobijas, en el que la única luz visible es la de una pequeña linterna, se encuentra Alton (el niño que se anuncia como secuestrado) con unos goggles puestos sin razón aparente leyendo un cómic. Uno de los hombres de la habitación es Roy (Michael Shannon) y es el padre de Alton (Jaeden Lieberher). Es evidente que el niño no fue secuestrado pero más evidente aún es que hay algo extraño en él.
Las noticias han puesto al grupo sobre alerta, deben moverse. Roy, Alton y Lucas (Joel Edgerton) comienzan el viaje para encontrarse con la madre del niño (Kristen Dunst), los motivos son desconocidos para nosotros todavía. A lo largo del camino descubriremos que los protagonistas son perseguidos por el FBI, quienes creen que Alton es un arma (por sus conocimientos de información confidencial) y por un extraño culto que lo considera un mesías. La carretera estará plagada de peligros y sin duda de muy pocos amigos, el mundo se enfrenta a un hecho sobrenatural sin precedentes y todo lo que no entendemos debe ser destruido o ¿adorado?
Midnight Special se encuentra plagada de elementos del cine de ciencia-ficción de los años 80s, nos recuerda a un Spielberg con Encuentros Cercanos del Tercer Tipo (1977) o a un Carpenter con su clásica Starman (1984) es un desfile que celebra al estilo Super 8 (2011) a la vieja escuela de ciencia-ficción. Los efectos especiales, si bien por momentos modestos, hacen del viaje algo espectacular que atrapa al espectador en un halo de misterio y suspenso.
La electrizante banda sonora de Midnight Special tiene el objetivo de envolvernos en una frenética historia sobre un padre que intenta proteger (y comprender) a su hijo a toda costa. El trabajo del reparto es sobresaliente, particularmente Shannon y Dunst quienes encarnan la desgarradora tarea de ser padres y proteger lo que más aman.
La cinta genera más preguntas que respuestas, pero no por eso deja cabos sueltos. Midnight Special nos lleva a explorar los lugares más recónditos de nuestra imaginación y pone a prueba nuestra capacidad de creer. Los ojos de Alton se iluminan y llenan de destellos azules su alrededor, incluso el culto que quiere encontrar al niño alega haber tenido visiones al encontrarse frente a frente con el intenso azul neón que emite Alton.
Aquella luz enigmática que rige los misterios de la cinta se asemeja a la que veían los prisioneros de Sugar Land en Texas cuando el expreso de medianoche pasaba y alumbraba sus celdas, esa luz significaba la esperanza de que un día serían libres. El brillante destello azul de Alton es para muchos precisamente eso, esperanza.
La fabulosa conjugación del guión con la edición hace que la película se llene de tensión, logrando dar a cada secuencia su espacio y trascendencia mientras se construye el enigma. Las locaciones, junto con el diseño de producción, producen una extraña belleza del encuentro de lo ordinario con lo sobrenatural.
Aunque la intriga solamente fue en aumento y la resolución pareciera no ser suficiente, Midnight Special funciona por el contrato implícito y silente que, como espectadores, acordamos antes de ver la cinta, funciona gracias al despertar imaginativo que la película produce cuadro a cuadro alentándonos a fluir en el camino junto aquel niño misterioso. Pero, sobre todo, Midnight Special alienta a dar un salto de fe a lo que ignoramos, a aquellos destellos azules que envolvieron la realidad repentinamente y que (posiblemente) renovaron nuestra capacidad de creer en lo desconocido.