“What are you, Thor, god of hammers?”
Las cintas del universo Marvel han tomado por sorpresa al mundo desde hace varios años, el renacimiento de los superhéroes se logró gracias a nuevas y refrescantes fórmulas, un trabajo pausado y concentrado por un objetivo claro a largo plazo y un equipo talentoso que se ha ido consolidando con el tiempo.
La tercera entrega del de las cintas en solitario del dios del trueno es Thor: Ragnarok y devuelve al héroe del martillo a su planeta Asgard, que se encuentra bajo una amenaza sin precedentes, razón por la cual Thor (Chris Hemsworth) ensamblará un equipo de héroes (B-side Avengers) para enfrentarse a la terrible Hela (Cate Blanchett).
La sencilla premisa le da una agilidad brutal a la cinta, cuyo tiempo de metraje es de los más cortos que ha habido en este género y aunque pudo haber sido todavía más breve, ese es el principal elemento de éxito que tiene. La acción no nos deja respirar saltamos de escena a escena con emoción.
Taika Waititi toma la acertada decisión de salirse, aunque sea por un breve momento, de todo el escándalo que nos anuncia la llegada de Infinity War, hace que Ragnarok sea una especie de descanso en el que se toma una bocanada de aire fresco y se olvida que la cinta pertenece a un mundo cinematográfico mucho más grande, eso te permite disfrutar de la película de una manera totalmente diferente. Evidentemente hay referencias y cameos, pero son los mínimos indispensables para mantener a los fanáticos contentos y no aturdir a aquellos que no tienen ni idea del MCU.
También la cinta se aleja estéticamente de la propuesta que Marvel nos había venido ofreciendo, aquí el color es delirante y Waititi se deja envolver por los elementos que se despliegan en la pantalla, cada borde y cada esquina esconden detalles que te sorprenden una vez que son descubiertos.
La energía que despierta Thor: Ragnarok es intensa y se complementa con un electrizante score compuesto por Mark Mothersbaugh que se apoya en un soundtrack que te golpea tan fuerte como una bebida energética.
Chris Hemsworth nunca había sido tan lucidor en su papel de Thor como lo es Ragnarok, se le brinda la oportunidad al actor de salir de la seriedad que lo había caracterizado y ahora explora una faceta mucho más relajada que le sienta mucho mejor a Hemsworth y al personaje del dios del trueno, a través del nuevo toque cómico observamos a un Thor mucho más encantador y cómodo en la pantalla.
En los papeles secundarios Tom Hiddleston se adueña nuevamente de Loki, Mark Ruffalo se beneficia del mismo toque cómico que Hemsworth y crea un nuevo Hulk que se disfruta mucho más. Sabemos que los villanos nunca han sido el fuerte de Marvel y Ragnarok no es la excepción, sin embargo, Cate Blanchett eleva a su Hela gracias a sus habilidades como actriz. El que se roba las cámaras es el mismo director, Taika Waititi, quien da voz a Korg, cuyos gags son los más eficaces y los que mejor logran aterrizar.
Thor: Ragnarok funciona por alejarse de lo establecido, se acerca más al trabajo del director, quien le da libertades a su equipo que logra destacar en todos los sentidos. La película es una verdadera bomba que nos muestra todo el encanto que tiene el nuevo rey en el equipo de los Avengers.