“What if I told you the reality you know is one of many?”
Llevamos casi una década de estar involucrados en el MCU y Doctor Strange supone la catorceava entrega de un estudio que parece conocer a la perfección a sus fans y al mismo tiempo ha sabido encontrar la mezcla perfecta entre el blockbuster hollywoodense y la esencia geek que demanda la adaptación del material con el que trabajan.
Doctor Strange (Benedict Cumberbatch) es un arrogante médico que se jacta de ser el mejor especialista de su área. Posee una memoria fotográfica privilegiada que le ha permitido complementar su habilidad y brindarle un éxito inmensurable. Su poca empatía y superioridad lo convierten en una persona difícil de tratar.
Un accidente automovilístico (uno muy tonto por cierto) dejará al protagonista con las manos destrozadas. Sin su principal instrumento de trabajo, mismo que se ha convertido en la razón de su éxito, la devastación alcanza al protagonista que busca de manera desesperada la manera de curarse y volver a su antigua vida.
La búsqueda de Strange lo llevará hasta Katmandú, donde encontrará el Kamar-Taj, un recinto regido por The Ancient One (Tilda Swinton) quien le ofrecerá entrar a un mundo totalmente nuevo, en el que, tal vez, podría encontrar la cura al mal que le aqueja.
Scott Derrickson es el encargado de dirigir Doctor Strange y las decisiones que toma, al menos en la parte visual, son algunas de las más arriesgadas que se han tomado en las cintas de Marvel y consiguen los resultados esperados. La historia de Strange le demanda a su héroe que olvide todo lo que cree saber para poder comprender la magia que se convertirá en su principal aliada y la cinta nos pide hacer lo mismo como espectadores para poder adentrarnos en un viaje psicodélico con efectos impactantes.
La secuencia inicial de Dotor Strange nos da una probadita de lo que vendrá el resto de la película. Una persecución entre The Ancient One y Kaecilius (Mads Mikkelsen), el villano de la cinta, nos regala un emocionante desplegado de fuerza y magia que cumple el cometido de engancharnos desde el principio de la historia y de aceptar el mundo fantástico que crece y se mueve frente a nosotros con infinitas posibilidades de cambio.
Cumberbatch encabeza uno de los mejores elencos que hemos visto en las cintas de superhéroes, el actor convence con una actuación centrada, logra hacernos creer que su personaje es capaz de ser humilde cuando llega el momento de convertirse en héroe (aunque el guion realmente no de herramientas para hacerlo). Tilda Swinton encarna a uno de los personajes femeninos mejor escritos del MCU y sus habilidades histriónicas son siempre sobresalientes. Cumberbatch y Swinton comparten una emotiva escena que nos hace agradecer al estudio por contratar a los talentosos actores.
Los efectos especiales crean un mundo totalmente nuevo que nos asombra con cada cambio que presenta. Lo que vemos en pantalla se aleja, para bien, de los estándares a los que nos han acostumbrado y se agradece que el 3D al fin valga la pena.
Si bien el mundo mágico creado para Doctor Strange sorprende, no se puede decir lo mismo de todos los elementos que constituyen al filme. El diseño de producción y la fotografía son de gran calidad, pero son repetitivos, fueron creados por el mismo equipo que ha dado vida a otras cintas del estudio y continúan ocupando patrones similares que hacen que el producto final pierda frescura. Los nuevos mundos que nos presentan merecían que la fórmula se rompiera por completo, no que solamente se cambiaran variantes de la ecuación.
Michael Giacchino entrega un score impresionante, pero por momentos parece no ser el adecuado para la cinta, inclusive se pueden notar esbozos de la banda sonara de Star Trek. Sin embargo el trabajo del compositor sigue siendo un deleite por la lucidez que muestra.
Se pueden encontrar muchos detalles por mejorar en Doctor Strange, pero la película triunfa en los aspectos más importantes. Se presenta como un nuevo momento en el MCU, uno que abrazo su rareza y se entrega a lo extraño y eso es justamente lo que necesitan para seguir con sus producciones. Doctor Strange juega con la magia y abre la puerta a un nuevo universo que nos muestra un futuro…un futuro lleno de posibilidades.