Rebelde sin causa

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Photography is a good way of saying I´ve been here. You´ve been here.

Todo ser humano, consciente o inconscientemente, busca la trascendencia, lograr dejar huella aún después de su muerte. Ese legado puede ser entendido de mil formas diferentes y es distinto para cada persona. Hay quienes logran superar la barrera del olvido y a través de un legado particular su imagen perdurará por siempre.

Una imagen dice más que mil palabras, la célebre afirmación es cierta, pero en ocasiones se ve rebasada. Anton Corbijn ha dedicado su vida a la fotografía, a dejar retratos para la posteridad, en su carrera ha trabajado con infinidad de artistas a quienes ha plasmado para siempre en sus instantáneas, razón por la cual no es sorpresa que haya decidido realizar una cinta basada en la relación entre el actor James Dean y el fotógrafo de la revista Life Dennis Stock.

Life se centrará en el año 1955, justo antes del estreno de East of Eden y en el previo de la confirmación del rodaje de Rebel Without a Cause. James Dean todavía no era nadie pero Dennis Stock vio algo en su rostro que lo encantó, también vio en Dean la gran oportunidad que estaba esperando, aquella que lo pusiera en una buena posición en una de las revistas más importantes.

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A través de una recreación entrañable de la época Corbijn presenta una historia que no se enfoca en la relación del actor y el fotógrafo, a pesar de ser ese el centro de la cinta, sino que presenta la necesidad de Stock por sacar fotografías y eso queda claro desde la primer secuencia en la que una incandescente luz roja da paso al proceso de revelado fotográfico.

En sus películas anteriores Anton Corbijn había elegido actores con una gran trayectoria y experiencia para los papeles principales, como lo hiciera en A most wanted man con Philip Seymour Hoffman, pero en Life su casting fue un tanto diferente. El joven actor Dane DeHaan fue el elegido para dar vida a James Dean, mientras que Robert Pattinson interpreta a Dennis Stock.

DeHaan logra imitar poses, voz y movimientos de su personaje pero en ningún momento lo asociamos con Dean exceptuando algunos momentos en los que, gracias a los ángulos elegidos por el director, se puede apreciar el parecido que la cinta busca. Desafortunadamente la construcción técnica no es suficiente para que el actor convenza.

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El guión no le otorgó a  Dane DeHaan mucho material de trabajo, así como tampoco lo hizo con Pattinson, aunque éste tuviera más oportunidades de lucirse. El protagonista de la saga Crepúsculo logra entregar un personaje con más matices, mucho más emocional, aunque su trabajo tampoco alcanza la calidad que mostró en cintas como Cosmópolis o The Rover en las que dejaba en claro las razones por la que debíamos ser #TeamEdward. A pesar de no ser su mejor trabajo Pattinson tiene una secuencia sensacional en la cual su personaje vomita sobre su hijo. Épico.

Life parte del supuesto que todo espectador conoce el trasfondo de la historia y es por eso que sus personajes carecen de una buena construcción y se sienten perdidos en un mundo y una temporalidad concreta. Tampoco ayuda el hecho de que la cinta abarqué un período de tiempo tan limitado.

Corbijn deja de lado toda la relación de los protagonistas, el tema de la presunta homosexualidad de Dean y su relación con el fotógrafo ni siquiera se atraviesan por la pantalla. Como se mencionó anteriormente, pareciera que la preocupación del director es las imágenes que se orquestan en la cinta. Cada secuencia del filme parece ser solamente un medio para llevarnos al momento en los que se tomaron las icónicas fotografías que hasta hoy perduran en nuestra mente cada vez que escuchamos el nombre de James Dean y vaya que la construcción y composición de éstas en pantalla grande es exquisita.

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No podemos olvidar que Anton Corbijn es fotógrafo, lo recordamos en los mejores fotogramas de Life. Tal vez esa es la razón por la que la historia de estas fotografías le parecía tan atractiva. James Dean se convirtió en un leyenda con tan sólo 3 grandes películas, pero había algo interesante en su mirada, algo que lo ha dejado permanecer en el imaginario colectivo por tanto tiempo, algo que vio Dennis Stock y lo compartió con nosotros a través de su trabajo, mismo que quedó como legado de ambos. Las fotografías de Dean en la barbería o en Times Square (por más cliché que sean) son las que lo convirtieron en un rebelde sin causa.