“Sorry. Don’t worry, I have to go first, I’m American.”
La redención le ha llegado a los criminales de cuello blanco, en los últimos años Hollywood nos ha entregado una serie de cintas que abordan temas de fraudes, robos y crisis económicas de una manera irónica y en las cuales el protagonista/antihéroe realiza una serie de actos reprobables que son mostrados de manera divertida, nos olvidamos que todo lo que hacen en pantalla es ilegal y las consecuencias que esas acciones causaron a los involucrados y a terceros que no tenían nada que ver.
War Dogs (Amigos de armas) abordará la historia real de dos amigos, David Packouz (Miles Teller) y Efraim Diveroli (Jonah Hill), quienes vieron una oportunidad de conseguir dinero fácil a través de la venta de armas al gobierno estadounidense. La vida de David era monótona y no ganaba lo suficiente para sobrevivir, su situación empeora cuando su esposa le dice que está embarazada, por lo que su situación debe cambiar. A los pocos días David se reencontrará con Efraim, su mejor amigo de la infancia, juntos comenzarán un negocio para el que, sin duda, no estaban preparados.
Todd Phillips dirige otra aventura de chicos desafiando las reglas. El director continúa con un acelerado ritmo moviéndose sin que la historia interfiera con sus personajes y sus decisiones. Phillips, quien también escribe el guión basado en el artículo “Armas and the dudes” de la revista Rolling Stones nos entrega una poco memorable e innecesaria narración durante toda la cinta, así como inserto de títulos, que pretenden dividir en capítulos todo lo que ocurre en pantalla, dichos elementos son cansados y entorpecen el desarrollo de War Dogs.
A medida que la cinta avanza, David y Efraim, viven el sueño de ser extremadamente ricos a sus veintitantos, han comenzado a gozar una vida de película, Scarface concretamente, cinta que a través de su presencia gráfica se ha convertido en una especie de filosofía para los protagonistas que viajarán de Estados Unidos a Iraq atravesando el triángulo de la muerte por el puro YOLO y adrenalina que supone su nuevo empleo.
Miles Teller nos divierte con su participación y cumple de manera satisfactoria con el papel que juega dentro del filme, pero es Jonah Hill quien se lleva las palmas, el actor no solamente comprende a fondo la indecencia de su personaje sino que la lleva un nivel más arriba y nos muestra lo grotesco de Efraim mientras nos contagia su peculiar risa.
La historia no logra sostenerse, cada acto que pasa hace que el interés general se vaya perdiendo poco a poco, dando la ilusión de que ya hemos presenciado esta historia muchas veces. La inserción de la vida familiar de David carece de estructura provocando que todas las secuencias que lo involucran con su esposa se sientan inconexas y que el personaje femenino sea totalmente desaprovechado, se siente como un relleno en una cinta que ya tiene suficiente de lo mismo.
Lo único que mantiene la atención y el interés es la química entre Hill y Teller, la dinámica que forjan los actores es envolvente y graciosa, las bromas de ambos se complementan, así como los papeles que juegan. A medida que el tercer acto se acerca un nuevo personaje aparecerá en la cinta, EL dealer de armas que ayudará a los protagonistas en una misión suicida (interpretado por Bradley Cooper), pero llega demasiado tarde ni la presencia de Cooper es capaz de poner a salvo el barco que se encuentra en caída libre.
War Dogs, es divertida, pero nada más, una cinta que no logrará trascender en el ¿nuevo género? De cintas sobre antihéroes reales que pueden robar sin atenerse a las consecuencias, que siguen siendo ricos y eso está bien visto pues al menos regalaron un par de risas mientras salían por la puerta trasera con todo nuestro dinero.