El Festival Internacional de Cine de Morelia celebró sus quince años con una edición espectacular y aquí te contamos cuales fueron las mejores cintas que se exhibieron en esta gran celebración del séptimo arte.
The Killing of a Sacred Deer (Yorgos Lanthimos, 2017)
La incomodidad es algo difícil de lograr, pero Yorgos Lanthimos es un experto en eso, sus imágenes transgreden y salen de la pantalla despertando sensaciones distintas con cada uno de sus filmes.
The Killing of a Sacred Deer se construye de perspectivas y encuadres únicos que ayudan a crear un thriller desquiciante que desborda emociones desde el minuto uno y culminan con un silencio total por parte de todos los que la han presenciado.
El silencio invade y cuando no lo hace el tremendo score te mantiene aterrado, aunque no se sepa bien de qué. Un minimalismo arquitectónico que se mezcla con la actitud mecánica que tienen todos los implicados que recitan sin emoción líneas tan brutales que te hacen perder la cabeza.
Un análisis preciso de la familia y de los intrusos que se le quieren acercar es el panorama individual que se muestra en el universo al que se pretende desprestigiar dentro del discurso. La burguesía y los robots en los que los seres humanos se han convertido son solamente algunas de las entrañas que se sacan al sacrificar a un ciervo sagrado.
Colin Farrel vuelve a hacer dupla con el director y estoy convencido de que deberían trabajar juntos el resto de sus vidas, de igual forma el actor une fuerzas de nuevo con Nicole Kidman y los resultados que ambos logran en pantalla son sorprendentes. The Killing of a Sacred Deer es tan hipnótica que jamás te abandonará.
The Shape of Water (Guillermo del Toro, 2017)
Hay un puñado de gente en el mundo con el carisma, humildad y talento que posee Guillermo del Toro. Su último trabajo es un poema íntimo que no se puede describir más que con las palabras: obra maestra.
The Shape of Water tiene todos los elementos que le encantan al director que adora lo fantástico, pero en esta ocasión los lleva a otro nivel, el toque tan personal que le añade a su historia la convierte no solamente en un cuento, sino en una elaborada pieza artesanal que por dónde quiera que se mire te dejará maravillado.
El amor es único para cada ser que lo vive, no tiene forma, tampoco la tiene el agua y estos dos elementos se unen en un maravilloso torbellino de emociones que te roban el aliento. La experiencia que vivimos es especial, es como entrar al corazón de alguien y descubrir su más hermosa esencia.
Cada toma es fantástica, los colores hablan por sí mismos cuando no se tiene voz. El imponente diseño de producción no saca de la realidad y nos lleva a un imaginario del que no nos gustaría salir nunca.
Por si no fuera suficiente con lo que del Toro logra, se le suma la brillante actuación de Sally Hawkins, la talentosa actriz se entrega a las profundas aguas y nos regala uno de los personajes más puros y magníficos que se hayan visto.
120 Battements Par Minute (Robin Campillo, 2017)
La realidad de las minorías, así como su historia, se encuentra plagada de casos que desgarran el corazón. Robin Campillo decide retratar al grupo activista Act Up, que se integra por gente con VIH y que busca crear conciencia en la sociedad sobre esta enfermedad, difundir y acelerar los avances médicos que se logren para poder brindarse a ellos y a los suyos una mejor calidad de vida.
120 Battements Par Minute nos hace encariñarnos de cada uno de los integrantes del grupo, peleamos junto a ellos, sufrimos a su lado y sobre todo amamos con cada uno de los miembros del grupo. La desesperación por obtener respuesta a sus demandas es tan intensa como las ganas de vivir que tiene cada uno de ellos.
Campillo nos lleva por lo malo, lo feo y lo bello. Sentimos el dolor que cada uno vive, obervamos el deterioro que sufren con el pasar de los días, pero lo que es más importante compartimos su felicidad y esperanza. Nada de las intensas emociones que sentimos hubiera sido posible sin el increíble cast, sobre todo del protagonista Nahuel Pérez Biscayart, quien es sin duda una verdadera revelación.
Lo que es más impactante es la capacidad del equipo de, no solamente hacer que el espectador empatice con ellos, sino de darnos voz y obligarnos a ocuparla para unirnos a la lucha. La película es hermosa, está llena de vida en cada latido.
Le Redoutable (Michel Hazanavicius, 2017)
Cada país tiene sus vacas sagradas, directores y autores que son intocables pues sus aportaciones históricas los han colocado una posición en la que no les podemos cuestionar nada, a pesar de que lo que hagan pueda no ser tan bueno. En Francia una de las vacas sagradas del mundo del cine es el gran Jean-Luc Godard.
Michel Hazanavicus ha tenido el valor de mostrar uno de los períodos más conflictivos en la vida del director: su relación con Anne Wiazemsky. Durante estos años Godard no realizó muchas películas que fueran acpetadas por el público o la crítica, su activismo político lo convirtió en un radical y un ser humano con el que mucha gente preferiría no convivir.
Le Redoutable es colorida, inventiva e innovadora, las decisiones de Hazanavicius fueron por demás atinadas y construye una comedia sólida que no te permite dejar de reír en ningún momento. La intensidad y franqueza con la que ve al ídolo asombra, no tiene miedo de exponerlo y ese es su mayor logro.
Toivon Tuolla Puolen (The Other Side of Hope) (Aki Kaurismaki, 2017)
La creciente preocupación por la migración de seres humanos que huyen de sus países para encontrar un mejor futuro dónde sea ha ocupado las cabezas de varios, entre ellos cineastas que han retratado con intensidad tal situación, ahora es el turno de Kaurismaki, quien (muy a su estilo) crea una visión única sobre este fenómeno.
Los seres humanos que vemos en The Other Side of Hope poseen características únicas que los hacen irresistibles, se encuentran en situaciones peligrosas, su vida corre peligro a cada momento, no tienen un futuro asegurado, pero de alguna forma el director logra sacarnos tremendas carcajadas de lo que vemos que nos hacen cuestionarnos sobre nuestro sentido del humor.
Que no se malinterprete, no se trata de una comedia, el discurso del filme es crudo e intenso, te deja helado, pero dentro de toda esta realidad es imposible no encontrar el absurdo que se vive gracias a nuestras acciones, es ahí donde la risa nace.
Los Adioses (Natalia Beristáin, 2016)
El segundo largometraje de la mexicana Natalia Beristáin se basa en la relación que la autora Rosario Castellanos tuvo con uno de sus grandes amores: Daneil Guerra. La cinta toma referencias de cartas que intercambiaba la pareja, sin embargo, se ficcionaliza gran parte de la relación que vemos, pues la intención de Beristáin no era hacer un retrato biográfico de Castellanos, sino estudiar las relaciones de pareja.
Podría parecer contradictorio que se aborde la situación de pareja con la figura de Castellanos, pero una vez que se adentra en el relato cobra todo el sentido del mundo. La devastación del amor y la caída de una figura que parecía intachable van de la mano para mostrarnos a un ser humano complejo y ambicioso que no logró compaginar su vida de la manera que esperaba.
Los Adioses encuentra su fuerza en el concepto que su directora desarrolla y la capacidad de su equipo técnico y de actores para darle vida a su visión. La película tiene poemas de Castellanos inmiscuidos entre los cuadros, cuando la escuchamos recitar al compás de las imágenes una nueva poesía visual cobra vida.
L`amant d`e un Jour (Phillippe Garrel, 2017)
La nueva cinta de Philippe Garrel se asemeja tanto a un ensayo, uno que versa sobre lo desconocido y sobre desconocidos, sobre acciones y pasividad, amor y desamor y el trepidante efecto que puede causar en nosotros otro ser humano.
Un sinfónico score nos guía por las poéticas imágenes en blanco y negro que nos muestran al desnudo a los personajes que viven de una manera intensa y pasional la vida mientras tienen la oportunidad.
La belleza de la cinta recae principalmente en el simple, pero hermoso guión; este es precisamente un ejemplo en el que menos es más y que la sencillez puede brindar una belleza sinigual. Los diálogos suenan con sinceridad, el amor que cada personaje siente por el otro es genuino, lo vemos en las miradas y tiernas sonrisas. Garrel nos regala un pequeño filme que nos ilumina el rostro.
The Drawer Boy (Arturo Pérez Torres, 2017)
Tras realizar documentales Arturo Pérez se vuelca a la ficción, pero su primer acercamiento tiene una particularidad muy especial. The Drawer Boy explora de manera dinámica la forma en que la realidad puede superar a la ficción y como ésta última puede ayudar a sobrellevar una terrible vida.
Un actor de método pasa unos días con un par de granjeros para aprender más de ellos y sobre el trabajo que llevan a cabo, pero jamás se espera entrar de una manera tan intensa en su vida. Los pintorescos personajes que se nos introducen se mueven en ritmos distintos, cada uno con una agenda propia que se nos va develando a medida que avanzamos y que alcanza un maravilloso clímax en los últimos 20 minutos de la cinta.
Con tonalidades naturales y sepia nos unimos a un mundo campirano que oculta más de lo que parece. Lo que al inicio parece ser una tranquila cinta con tintes cómicos se torna obscura mientras se teje un thriller angustiante que te dejará fascinado.
Wonderstruck (Todd Haynes, 2017)
Wonderstruck nos muestra la historia de dos niños sordos en dos tiempos distintos, sin embargo, sus historias se encuentran conectadas, así como los lugares que visitan. El corazón de la cinta se encuentra en el enternecedor camino que ambos recorren para encontrar a sus familias y al mismo tiempo hallar la forma de comunicarse con su pasado.
Todd Haynes destaca por la elegancia que poseen sus filmes y Wonderstruck no es la excepción, visualmente nos quedamos maravillados con el tremendo cajón de maravillas que nos encontramos. La inocencia es la principal arma con la que se nos bombardea y da en el blanco, la manera en que el filme logra conmover es extraordinaria.
El cast sorprende, siendo Julianne Moore, quien, en el último acto, cierra con fuegos artificiales una película cuya voz quedará por siempre junto a nosotros.
La talentosa directora argentina Lucrecia Martel vuelve con Zama, una cinta ambientada en el colonialismo y éste es mostrado de una manera brutal y hostil, nos encontramos en tierras extranjeras y el peligro asecha a cada paso.
Seguiremos las andanzas del general Diego de Zama, interpretado por un soberbio Daniel Giménez Cacho, en su travesía por conseguir cambiarse de locación y pedir la autorización del rey de España. Observaremos un desfile de personajes que entran y salen de la historia, los años transcurren y los rostros cambian, pero los nombres siguen siendo los mismos.
El trabajo de encuadres de Martel es fascinante, las perspectivas que otorga te permiten internarte el mundo de un modo totalmente único. El cuidado diseño de producción y vestuario se complementan con una cinefotografía que impone con cada fotograma.